Un nuevo estudio del Departamento de Psicología de la Universidad de California en Los Ángeles refiere la importancia de hacer caso a los testimonios de personas con obesidad, en términos de salud. Avergonzarse debido al peso no tiene ningún resultado positivo, y sí muchos negativos. En este caso, el estudio descubrió que las chicas que avergüenzan a otras, especialmente cuando son familia, no conducen a conductas saludables, sino que pueden provocar trastornos alimentarios.
Los autores analizaron los datos de un gran estudio a largo plazo que incluyó a 2,036 chicas. Las chicas informaron a los 14 años si sus padres, hermanos, mejores amigos, muchachos que les gustaban, otros adolescentes o incluso sus maestros les habían llamado “demasiado gordas”.
A las edades de 14 y 19 años, las chicas completaron una evaluación de conductas de control de peso poco saludables, insatisfacción corporal, tendencia a la bulimia y el deseo de delgadez, así como informar si se habían involucrado en comportamientos poco saludables entorno a su peso. Al controlar las variables que incluyen el índice de masa corporal, raza, ingresos, educación de los padres y el nivel de comportamiento alimentario desordenado de una chica a los 14 años, las que habían declarado ser “demasiado gordas” a los 14 tenían puntuaciones más altas en el inventario de trastornos alimentarios.
El autor principal, el psicólogo Jeffrey Hunger, dijo a la agencia de noticias Reuters: “Etiquetar a las chicas jóvenes como ‘demasiado gordas’ nunca estimulará las conductas positivas de salud; simplemente va a dar como resultado una imagen corporal deficiente, prácticas poco saludables de control de peso y una alimentación desordenada “.
La “Guerra contra la Obesidad” les dice a las personas gordas de todas las edades, de muchas maneras, que los quiere flacos o muertos, y que no importa mucho cuál de las opciones aparezca. El verdadero problema aquí no es que a estas chicas se les llame “demasiado gordas”, sino la idea con el argumento de que hay algo de malo en ser obesa.
Columna Nutricionalmente
Por Ricardo Vargas