Las mujeres son dos veces más propensas que los hombres a sufrir largos periodos sin poder dormir. ¡Cuidado!

Por: Weekend / Fotos: Internet/

Una joven con depresión inevitablemente tendrá problemas con el sueño: o dormirá mucho o le costará excesivamente conciliarlo. Sin embargo, un estudio viene a corroborar lo contrario, señalando que una persona que padece insomnio crónico tiene el doble de riesgo de padecer depresión e, incluso, abusar del alcohol.

Años pasados un estudio noruego ya había comprobado con una muestra de más de 25 mil adultos que para algunas personas el insomnio podría indicar la presencia de un trastorno de ansiedad o ser un factor de riesgo de ansiedad futura. Pero esta nueva investigación indicaría que no poder dormir sería un factor de riesgo.

Contando las horas

El informe de la Universidad de North Texas, en Estados Unidos, incluyó a 4,494 adolescentes entre los 12 y los 18 años de edad y a 3,582 adultos jóvenes de entre 18 y 25 años.

A ambos grupos se les realizó un seguimiento de seis a siete años. Los resultados, publicados en la revista Sleep, sugieren que la presencia de insomnio en los adolescentes aumenta en 2.3 veces las probabilidades de que desarrollen problemas de salud mental e, incluso, de que aumente la gravedad de estos trastornos.

La misma revista científica Sleep, de hecho, publicó anteriormente un estudio de 20 años de duración, demostrando que los adultos que sufren de insomnio tienen un alto riesgo de desarrollar depresión grave.

En esta investigación, que estuvo a cargo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, señaló que las mujeres eran dos veces más propensas que los hombres a sufrir largos periodos de insomnio por más de un mes. El equipo halló, además, que tener insomnio por lo menos dos semanas aumentaba la posibilidad de que una persona sufriera un episodio grave de depresión, acompañado de ansiedad y nerviosismo.

Recomendaciones para evitar el insomnio

Planifica el día

Debes establecer ciertas pautas diarias, como son las horas para levantarte y acostarte o un tiempo para hacer ejercicio (siempre al menos cuatro horas antes de irte a dormir, debido a que el cuerpo sigue activo ese tiempo después de la actividad física) y recomiendan dedicar un tiempo a hacer unos ejercicios de relajación después de la cena.

Además, si una persona padece insomnio, debe evitar la siesta o, en caso de hacerla, ésta debe ser menor de 30 minutos.

Vigila tu alimentación

Mantén una dieta equilibrada, donde las cenas no sean abundantes y se reduzca el consumo de alcohol, ya que hace trabajar al sistema digestivo por la noche.

A su vez, conviene eliminar de la dieta el café, el té o las bebidas refrescantes que cuenten con cafeína entre su composición, ya que tienen efectos excitantes para el organismo.

Deja la televisión por la noche

Estar pegado a la televisión o jugar a videojuegos provoca en el cuerpo un estado de alerta que puede conllevar una disminución de las ganas de dormir y favorecer el típico desvelo.

En su lugar se recomienda leer, escribir sobre aquello que le preocupa, o escuchar música relajante. Todo esto debe acompañarse de un entorno óptimo para el descanso, donde tanto la temperatura como la ropa que usemos sean cómodas.