Por Marisol Rodríguez / Fotos: Internet
Los colores influyen en el estado de ánimo, en la personalidad y según estudios, en la inteligencia, a través de la concentración.
Así que en estos días de clases en casa es bueno que las paredes de la habitación o el espacio de estudio de tus hijos cuenten con tonos que los relajen y estimulen su cerebro.
¡Toma nota!
Azul. Da una sensación de estabilidad, tranquilidad, profundidad y profesionalidad. Se recomienda en los dormitorios o estudios infantiles, ya que calma la mente, facilita la concentración y reduce la tensión.
Turquesa. Ayuda a que el ambiente sea agradable y brinda tranquilidad. Es excelente para leer y aumentar el conocimiento.
Amarillo. Es perfecto para una zona de estudio, ya que fomenta la actividad mental y creatividad. Solo úsalo con moderación en gamas pálidas.
Blanco. Es clave para crear ambientes tranquilos y luminosos. Si lo eliges tendrás una atmósfera serena, ordenada y limpia que permite la concentración plena.
Gris. Ideal para las habitaciones de los adolescentes. Al ser un tono neutral, ayuda a la concentración desde las tareas sencillas hasta las más difíciles.
Lila y rosa. Esta dupla transmite sabiduría, espiritualidad y fantasía; estimulan la creatividad, relajan y reducen la impaciencia. Se recomiendan en espacios donde los niños y jóvenes exploren su lado creativo.