Por Marisol Rodríguez / Fotos: Internet
Una de las actividades favoritas de los niños es dibujar. Esta forma de expresión que ellos ven como un juego va más allá, ya que al mismo tiempo que los divierte se encarga de estimular su desarrollo.
Por lo general, éstos comienzan a hacer sus primeros dibujos después de los tres años y aunque al principio son simples garabatos, conforme pasa el tiempo y crecen, se van haciendo más claros y precisos.
A los cinco años sus obras pueden ser entendidas por quienes los observan sin necesitar su explicación y paulatinamente, aumentan su capacidad para plasmar la realidad que perciben.
Sus grandes beneficios
Libre o dirigido, es decir, ya sea que los niños elijan por sí mismos la temática o que sea sugerida por los adultos, el dibujo es una actividad lúdica que favorece a su desarrollo psicológico.
- Estimula procesos cognitivos en la medida en que desarrolla la percepción que los pequeños tienen de la realidad, al mismo tiempo que mejora su atención al aumentar la concentración, favorece la memoria y estimula su empleo práctico; también desarrolla el pensamiento, sobre todo los procesos de análisis y síntesis, y la abstracción.
- Contribuye a la organización de su vida afectiva, estimula el control de las emociones y genera emociones positivas, favorece los sentimientos y su adecuación e influye en su estado de ánimo.
- Desarrolla su coordinación visomotora y habilidades motoras en general y para la escritura.
Para facilitar a tus hijos esta actividad, siempre ten a la mano materiales como papel, lápices de colores o crayolas; los pinceles, marcadores, gises o bolígrafos también son útiles.
