Por Marisol Rodríguez / Foto: Internet
Al tocar un instrumento en la infancia se mejora el rendimiento cognitivo, pero no solo hacer música es beneficioso, sino también escucharla para realizar diversas actividades, entre ellas, estudiar.
Y es que, esta tiene la capacidad de generar en el cerebro miles de conexiones que despiertan el intelecto y las emociones.
Investigaciones recientes han comprobado que escuchar música mientras se estudia puede estimular zonas del lóbulo pre-frontal que están relacionadas con la atención, concentración y satisfacción.
Así que la información fluye más rápido y los problemas se resuelven con mayor facilidad.
Ventajas
- Cuando escuchas música se activa la zona del lóbulo frontal, que se encarga de mejorar la capacidad de concentración.
- También se estimulan las zonas del lóbulo temporal, cuya misión es elevar la habilidad matemática y de lenguaje.
- Ayuda a combatir el estrés pre exámenes, lo que favorece la relajación y la retención de información.
- Si es música clásica facilita el dominio de un nuevo idioma.
- La música promueve que el cerebro se mantenga en alerta y controles el sueño.
7 consejos para elegirla
- Tranquila y armoniosa. La música clásica es una de las mejores opciones para concentrarse en el estudio.
- Mozart. Las melodías de este compositor mejoran el rendimiento mental y se le conoce como el ‘Efecto Mozart’.
- Escucha música ambiental. Si lo tuyo no es lo clásico, esta es más moderna y el efecto es similar.
- Sonidos de la naturaleza. Son otra opción relajante, sentirás que estás en otro mundo y te concentrarás en lo que estudias.
- Volumen moderado. Recuerda que tus apuntes son los protagonistas y no la música.
- Crea una lista. Pon en una sola playlist todas tus canciones favoritas, así no tendrás que distraerte cada 5 minutos buscando un nuevo tema.
- Evita la radio. Los presentadores y anuncios podrían distraerte.