Este se presenta cuando el flujo sanguíneo de una arteria del corazón se bloquea por un coágulo o una placa y el músculo cardíaco comienza a morir.
El ataque cardíaco no distingue género ni edad, puede ocurrirle a cualquiera pero sí son más propensos a sufrir uno, quienes tienen antecedentes médicos familiares.
Una forma efectiva de prevenirlo es hacer cambios en los hábitos como elegir alimentos más saludables, ser físicamente activos y no fumar.
Signos de alerta
– Presión, ardor, tensión y molestia opresiva en el pecho por cinco minutos o más.
– Molestia constante que parece digestión.
– Una presión incómoda del pecho que va a los hombros, brazos, cuello, mandíbula y espalda.
– Mareo, desmayo, sudor o malestar de estómago.
– Dificultad para respirar.
– Ansiedad, debilidad, náuseas o cansancio inexplicable.
– Alteraciones de los latidos normales del corazón con sudor inexplicable y palidez de la piel.
¿Qué hacer?
Si crees que estás teniendo un ataque, pide una ambulancia de inmediato y por ningún motivo conduzcas hasta el hospital; recibir tratamiento de inmediato podría ayudarte a prevenir o limitar el daño del músculo cardíaco.
Diferencias entre ataque cardíaco y paro cardíaco
En el primero el corazón sigue latiendo, la persona tiene pulso y por lo general está consciente; mientras que, en el segundo, el corazón deja de latir, no tiene pulso y está inconsciente.