1 mayo, 2024

Por Marisol Rodríguez / Fotos: Internet

Por un minuto piensa en la relación que llevas con tus hijos y reflexiona si en más de una ocasión tu comportamiento ha sido sobreprotector o controlador en exceso. Si consideras que es así, tal vez eres un padre helicóptero y sin querer podrías afectar su desarrollo emocional y cognitivo.

La psicóloga Érika Grajeda Manríquez expresa que esta es una forma humorista de denominarlos porque “se perciben como si siempre estuvieran volando sobre ellos, observando su comportamiento e interviniendo en cada actividad que realizan, diciéndoles cómo se hace, reprendiéndoles si lo hacen mal o impidiéndoles resolver sus problemas por ellos mismos”.

Tipos de sobreprotección

Además de los padres helicóptero, la especialista comenta que existen otros tipos de sobreprotección:

-Madre tigre: una expresión nacida y usada popularmente en países asiáticos que hace referencia a la madre ultra exigente y con altas expectativas del niño.

-Padres guardaespaldas: aquellos padres sobreprotectores que están muy pendientes de la integridad física de los niños sobre cualquier cosa.

-Papás cortadores de césped: también llamados quita nieve, en esta categoría vemos a los papás que se empeñan en quitar todos los obstáculos que se le presenten a su hijo.

Consecuencias en los niños

Los primeros años de vida son esenciales para terminar de adquirir capacidades físicas y psicológicas como aprender a sentarse, caminar, comer, correr, resolver problemas, interactuar con las personas y comunicarse de manera afectiva.

“Cuando un padre sobrevuela a su hijo todo el tiempo, reprimiéndole o solucionándole los problemas que se le presentan durante el juego o convivencia, le da un mensaje que no hay necesidad de pensar en solucionar sus problemas o una falsa impresión de que no existen”, comenta.

En consecuencia, ese niño crecerá sin la habilidad de reflexionar, analizar y gestionar sus emociones y reclamando la solución o intervención de sus padres en situaciones difíciles.

¡Evítalo!

Promueve su autonomía

Es fundamental que los niños aprendan a ser independientes, a partir de los 2 años fomenta su autonomía; un ejemplo sería involucrarlo en pequeñas tareas como recoger sus juguetes.

Ten paciencia y sé flexible

Es más fácil promover la independencia que manejarla; sé paciente para no mermar su entusiasmo cuando le lleve mucho tiempo hacer alguna actividad por sí solo y flexible cuando por algún motivo no salga como esperas.

Dales tiempo de no hacer nada

Para que exista un buen desarrollo cognitivo deja un espacio para que no hagan nada y se aburran, este les será benéfico para desarrollar su capacidad de imaginación que en la vida adulta se traduce en una buena capacidad de resolución de conflictos.

Tus palabras son el ejemplo más poderoso

El método mas eficaz para que tus hijos aprendan un nuevo comportamiento es que te vea hacerlo.

Déjalos que se ensucien

No te irrites cuando lleguen sucios, sudados o se llenen de comida, cada cosa que hacen los acerca más al perfeccionamiento de cualquier tarea. No interrumpas sus alimentos para cambiarlo o limpiarlo, deja que termine de aprender.

Fuente: Psicóloga Érika Grajeda Manríquez / Tel. (656)437-9064

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