Por Marisol Rodríguez / Fotos: Internet
Existe una delgada línea entre ser una mujer apasionada de su trabajo y una workaholic, ¿en cuál lado estás tú? Este término anglosajón se ha empleado para describir a quienes sienten una necesidad excesiva de trabajar, aún y fuera del horario laboral. Un ejemplo es cuando llegan a casa y comienzan a revisar correos y adelantar pendientes, lo cual se repite en los fines de semana, días festivos o durante las vacaciones.
Identifica las señales
Una gran carga de trabajo se puede traducir en un bajo rendimiento a largo plazo, problemas de salud generados por el estrés e incluso, rupturas familiares y amistosas. Una persona workaholic:
- Trabaja intensamente y tiene dificultades para relajarse.
- Necesita tener el control y se molesta cuando su rendimiento no es el esperado, no controla alguna situación o si las cosas no salen como las planeó.
- Tiene escasas relaciones interpersonales con el resto de sus compañeros.
- Sobresale por su incapacidad para delegar tareas y trabajar en equipo.
- Su autovaloración se centra en el trabajo y no en el resto de su vida personal.
Sus síntomas
Cognitivos. Ansiedad, irritabilidad, tristeza, necesidad de trabajar más y dedicar más tiempo al trabajo, así como preocupaciones por el rendimiento laboral de manera persistente.
Fisiológicos. Estrés, insomnio, dolor de cabeza, tensión muscular, disfunción sexual y a largo plazo, se puede presentar hipertensión.
Motores. Necesidad imperativa de realizar muchas tareas sin olvidar ningún detalle de cada una e incapaz de no trabajar, haciendo a un lado a la familia y amigos.
¡Libérate del trabajo y disfruta tu vida!
Decirle adiós a la adicción al trabajo puede resultar difícil, pero no imposible y se puede lograr con el cambio de algunos hábitos y/o con ayuda psicológica.
Autodiagnóstico: Si descubriste que tienes muchas características y síntomas de una persona workaholic, no lo pienses mucho y busca ayuda, por ejemplo, una terapia cognitiva-conductual que gestiona el autocontrol y enseña a llenar los tiempos fuera de la profesión.
Marca un límite: Es importante que después de tus ocho horas laborales, te dediques un tiempo para descansar o realizar tus pasatiempos favoritos como salir a cenar con los amigos, la familia o tu pareja, ir al cine, al spa o disfrutar de una serie o un libro.