No siempre lo que presentan los grandes diseñadores son piezas que todo el mundo pelee por tener en casa: hay algunos casos en que los fashionistas se preguntan más de una vez si deben invertir en ellas, piezas que solo el tiempo dirá si eran verdaderas innovaciones o un mal momento de sus creadores.
Este fue el caso de tres diseñadores que durante la última semana de la moda en París presentaron sus aportaciones en el área de zapatería. Estos fueron Chanel, Balenciaga y Loewe, quienes asombraron a los asistentes con su perspectiva de la moda para las siguientes temporadas.
Chanel
Presentó unas botas de plástico, hechas con un material difícil de usar, pero que tienen el toque característico de la marca, las puntas y el tacón de dos colores: blanco y negro.
Las botas transparentes tienen un espacio considerable entre la pierna y el plástico, lo que da oportunidad de que más aire entre en la zona, lo cual evitará que se empañe o humedezca la piel y el zapato.
Cabe destacar que hace un par de años la esposa de Kanye West utilizó unas botas con este mismo estilo, por lo que Karl Lagerfeld en esta ocasión realmente no descubrió el hilo negro de la moda, solo perfeccionó lo que para Kim fue un desastre fashion.
Balenciaga
Hizo lo propio al presentar crocs en su pasarela: unos zapatos que en los últimos años han subido su popularidad, pues resultaron prácticos para largas jornadas de trabajo en que los usuarios están de pie por un buen rato.
Pero esta vez el diseñador estrella de la marca Demna Gvasalia presentó estos zapatos a los que llamó crocs-joya: les agregó varios centímetros en plataforma y los decoró con divertidos pines de distintas formas, incluido el logotipo de la casa; solo los presentó en tres colores: rosa, verde y amarillo.
Loewe
Presentó unos tenis con punta, al estilo más “tribal”, elaborados con piel de reptil, gamuza y colores brillantes; modelos que dejaron con la boca abierta a más de uno y que dieron de qué hablar no solo en el recinto donde se llevaba a cabo el desfile, sino en las redes sociales, en que se preguntaban qué era lo que los modelos utilizaban, comparándolo con zapatos de Aladdin o de los duendes de los cuentos de Disney.