Por Marisol Rodríguez
En invierno son pocas las flores que conservan su belleza y resisten a las bajas temperaturas como la Nochebuena.
Originaria de México, esta flor es clásica de la época decembrina y ha sido adoptada alrededor del mundo como un símbolo de la Navidad.
Su origen se remonta a los antiguos cultivos de los aztecas, para quienes representaba la sangre de los sacrificios que ofrecían al sol en busca de renovar sus fuerzas; los españoles la bautizaron así por florecer en diciembre.
Si tienes una Nochebuena en casa y quieres evitar que termine marchita, toma nota.
Mantenla en espacios cálidos y protegidos
No tolera las fuertes corrientes de aire o cambios bruscos de temperatura, así que mantenla en un espacio cálido y protegido entre los 15 y 25 grados.
Ojo con su riego
La tierra no debe estar seca pero tampoco te excedas en la cantidad de agua, si es mucha puedes dañar su raíz; de preferencia riégala cada tres días y procura no mojar las hojas para evitar que se manchen o decoloren.
Luz, pero no solar
Ponla cerca de una ventana, donde pueda tomar el sol pero no directo, ya que este la perjudica; por nada del mundo la dejes en la sombra, hacerlo hará que se marchite rápido.
Después de Navidad
Si al pasar las fiestas tu planta ya no luce tan bella y comienza a marchitarse, no te deshagas de ella, revívela con los siguientes tips:
- Con precaución sácala de la maceta y poda dos terceras partes de los tallos, corta dos centímetros arriba del frente de crecimiento (codo) para que tenga un rápido florecimiento.
- Después de regresarla al recipiente, procura que esté en un lugar poco luminoso con temperatura neutra y poca agua.
- Al llegar el mes de octubre notarás que salen sus hojas verdes, para que vuelvan a adquirir su característico color rojo es importante que esté en la oscuridad 14 horas al día; tápala con una bolsa negra o mantenla en un cuarto sin luz hasta diciembre.
¿Sabías que…?
Su nombre proviene del náhuatl ‘cuetlaxóchitl’, que significa “flor que se marchita” o “flor de cuero”.