¿Sabías que la principal función de la sal es sacar los sabores de los alimentos y no salarlos?

Existen diferentes tipos, elegir la correcta y utilizarla en una dieta equilibrada será de gran ayuda para mantenerte saludable.

La sal era usada por los antepasados originalmente como una técnica de conservación, la cual se sigue implementando en alimentos como el jamón serrano o el bacalao.

La chef Marisa Rodríguez, experta en cocina saludable, señala que se debe consumir sal de buena calidad como la de mar, de grano y húmeda.

Y es que, esta contiene minerales naturales como el magnesio, silicio, yodo y fósforo, los cuales se encuentran en proporciones parecidas a las de nuestro cuerpo.

“La sal de mar nos sirve para dar sazón, debemos elegir este tipo para que nos otorgue los minerales que necesitamos”

Otro tipo que también podría ser recomendable es la famosa sal del Himalaya, utilizada en la cocina por su sabor sutil y en cuestión de tratamientos de spa.

La chef recomienda que al igual que la de mar, se observe que tenga humedad y que no esté seca o hecha polvo.

Evita la sal refinada

En el otro extremo se encuentra la sal refinada, la cual solo se encarga de salar los alimentos y se caracteriza por ser blanca y muy fina.

La chef recuerda que anteriormente solían incluirse unos granos de arroz en los saleros, ya que por su humedad, la sal se pegaba y no salía.

Fue entonces que la industria decidió refinarla pero también acabó con todos los minerales propios de ésta, lo anterior provocó algunos problemas de salud y para evitarlos tuvo que agregarle sodio, yodo y otros químicos.

En conclusión, la sal refinada o de mesa, contiene una mayor cantidad de sodio que la natural y no cuenta con la proporción ideal de minerales.