29 abril, 2024

Hay quienes les gustan las películas de superhéroes, aquellas con una buena historia romántica para llevar a tu pareja al cine, también están los que les atraen las batallas épicas increíbles, o a los que les fascina sentir miedo al tener que ir al baño cuando se acaba de ver una buena pieza de terror. El cine tiene para satisfacer a toda clase de público, desde los más pequeños a los más exigentes. Pero las películas no son meramente un producto de entretenimiento. Desde hace tiempo, el arte cinematográfico ha sido utilizado con fines más allá del aspecto lúdico.
El documental ha tenido una evolución muy interesante. Artistas del lente con una visión profunda de la naturaleza de la imagen, han sabido trasladar historias que no sólo entretienen, sino que muestran realidades únicas, y esos escenarios, capturan la atención del espectador para enseñar lo atroz o bello que puede ser el mundo, la naturaleza y las consecuencias emanadas de las acciones del ser humano.
En 1895 fue la primera función del cinematográfico Lumiere en París, y tres años después, hubo un camarógrafo polaco llamado Boleslaw Matuszweski, quien argumentó que “el cine podría ser una herramienta nueva y muy distinta para enseñar la historia”. En México, en los años 20, varias secretarías del gobierno utilizaron el cine para educar, para enseñar, para propaganda y otro tipo de fines. Esto quiere decir que, el gobierno en México, ha utilizado el cine como un método de enseñanza en las aulas de clase o en salones especiales desde hace tiempo, y todavía lo sigue utilizando.
Hoy en día, se ha demostrado en todo el mundo, que ver y realizar cine puede ser una estrategia muy eficaz para el aprendizaje, más allá de los métodos tradicionales de descripción oral o textual. En su libro La era de la imagen, el cineasta Stephen Apkon, lo sostiene de un modo muy apropiado. Como él mismo dice, “no importa que estemos en una yurta en el desierto del Gobi en Mongolia, o en medio de un departamento en Manhattan, en la ciudad de Nueva York, todo el mundo está actualmente expuesto de forma regular e ininterrumpida a una comunicación audiovisual permanente”. Estamos inundados en un mundo de pantallas, imágenes en movimiento, que es una tendencia que no solo se va a mantener en los próximos años, sino que irá en aumento. Y está demostrado que la narrativa visual es una de las herramientas más antiguas y más eficaces de los seres humanos. Hace muchos miles de años, las historias se contaban en las paredes de las cuevas, o bien, eran historias que nuestros ancestros se contaban unos a otros, sentados alrededor de un fuego.
Las buenas películas no dejan únicamente un buen sabor de boca, sino que motivan a reflexionar sobre un tema, son como una buena lectura, tienen tantos propósitos y significados profundos de la experiencia humana, que sería un desperdicio no aprovechar este valioso recurso didáctico.

Por Carlos A. Rodríguez
profecarlos013@gmail.com

“Pensamos demasiado y sentimos muy poco”
El Gran Dictador (1940) de Charles Chaplin

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