Por Marisol Rodríguez / Fotos: Internet
Los colores influyen en el estado de ánimo, en la personalidad y según estudios, en la inteligencia, al favorecer la concentración. Aprovecha las vacaciones y renueva las paredes del espacio de estudio de tus hijos con tonos que los relajen y estimulen su cerebro.
Azul. Da una sensación de estabilidad, tranquilidad, profundidad y profesionalidad. Aplícalo en los dormitorios o estudios infantiles, ya que calma la mente, facilita la concentración y reduce la tensión.
Amarillo. Es perfecto para una zona de estudio, ya que fomenta la actividad mental y creatividad. Solo úsalo con moderación en gamas pálidas.
Gris. Ideal para las habitaciones de los adolescentes. Al ser un tono neutral, ayuda a la concentración desde las tareas sencillas hasta las más difíciles.
Rosa. Transmite sabiduría, espiritualidad y fantasía; estimula la creatividad, relaja y reduce la impaciencia. Se recomienda en espacios donde los niños y jóvenes exploren su lado creativo.