31 octubre, 2025

Por Abigail Ruiz / Licenciada en Psicología y Coach Certificada

La muerte, para muchos es un tema del que no se habla, sin embargo, la tanatología tiene un propósito definido: el acompañamiento a las personas en los procesos de duelo, enfermedad terminal o pérdidas significativas, humanizando momentos que con frecuencia se viven en soledad y sufrimiento.

Su objetivo no es evitar el sufrimiento, sino permitir que el dolor se exprese, se entienda y, poco a poco, se transforme, convirtiéndolo en una experiencia humana, que conecta con tu interior, tus sentimientos y emociones, es una escucha empática, un silencio que no se juzga, una presencia amorosa cuando las palabras sobran.

Los tanatólogos trabajan con pacientes en etapa terminal, pero también con familias que viven un duelo, personas que enfrentan divorcios, pérdidas de salud, empleo o incluso el sentido de la vida, sin olvidar que se pueden presentar pérdidas cotidianas que también merecen ser nombradas y atendidas.

Aquí te presento las principales formas de acompañamiento tanatológico, que pueden variar según las necesidades de cada persona, el tipo de pérdida y el momento del proceso:

Emocional

Escucha activa: Estar presente sin juzgar, sin interrumpir, permitiendo que la persona exprese su dolor, miedo, enojo, tristeza o incluso silencio.

Validación de emociones: Hacerle sentir que cada emoción y sentimiento es natural durante su proceso.

Contención: Brindar seguridad emocional, especialmente en momentos de crisis o confusión.

Foto: Freepik

Espiritual

Apoyo en la búsqueda de sentido, trascendencia o creencias religiosas, esto a elección de cada persona, con respeto de acuerdo a sus creencias, sin imponer ninguna visión particular.

Informativo

Proporcionar información clara sobre las etapas de duelo, reacciones emocionales durante el proceso ante una pérdida. En contextos de enfermedad terminal, es importante proporcionar información sobre cuidados paliativos o voluntades anticipadas.

Familiar

Apoyar no solo al doliente directo, también a su red de apoyo (familiares, pareja, hijos), facilitando la comunicación entre miembros de la familia, que en ocasiones viven el duelo de forma distinta, esto con la intención de incorporarse entre sí.

Creativo

Uso de técnicas: Escritura, dibujo, música, fotografía, cartas de despedida, cajas de memoria, etcétera. Considerando que estas herramientas permiten expresar emociones cuando la verbalización, concientización o identificación se dificulta.

Profesional

Puede ser individual, grupal o incluso en contextos clínicos (hospitales), es importante conocer que un tanatólogo tiene la facultad de derivar a otros profesionales si detecta situaciones que requieren atención psicológica o psiquiátrica.

Es importante vivir adecuadamente el proceso de duelo, permitir la expresión emocional saludable, evitar que las emociones se repriman y manifiesten posteriormente en enfermedades físicas o trastornos psicológicos, ayudar a entender y aceptar la pérdida de forma progresiva, evitar la negación o evasión al dolor, reconstruir la identidad y proyecto de vida sin la presencia de quien ha fallecido o de la pérdida vivida.

Me despido hoy con una frase de Elizabeth Kubler Ross, pionera en el estudio de tanatología y el proceso de duelo: El duelo no es un proceso que se supera, sino algo que se integra a la vida. Hasta pronto.

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