Por Marisol Rodríguez
En estas fechas, la Navidad es el escenario ideal para conectar con la infancia, fomentar valores y fortalecer vínculos familiares.
La doctora en educación, maestra en comunicación y psicóloga Betsabé Ruizesparza Flores nos habla de lo que significa esta festividad a nivel emocional y social para los niños.
Desde la perspectiva psicológica, la Navidad “representa seguridad, sentido de pertenencia y mucha magia, experimentan calidez, esperanza y alegría. Se fortalecen los vínculos y se viven con ilusión las tradiciones, los regalos y las convivencias”.
Valores vs. consumismo
La especialista expresa que estos días son ideales para que los niños aprendan y fortalezcan valores esenciales como la generosidad, al compartir lo que tienen; la gratitud por lo recibido y por las personas que los rodean; empatía, al reconocer las necesidades de los demás y solidaridad, presente en las posadas, intercambios y otras actividades propias de la época.
Sobre cómo ayudarlos a comprender el verdadero sentido de la Navidad más allá del consumismo, la doctora Ruizesparza Flores recomienda:
- Recordar historias familiares o tradiciones que no necesariamente tengan que ver con regalos.
- Hablar de la importancia de convivir en familia y ser agradecidos.
- Enfocarse en actividades que puedan hacer juntos como decorar o visitar a seres queridos.
- Explicar porqué se elige comprar menos y priorizar lo significativo sobre lo costoso.
El poder emocional de las tradiciones
Las tradiciones familiares navideñas son fundamentales porque generan identidad y seguridad emocional.
“Cuando las familias repiten rituales los niños experimentan continuidad, estabilidad y pertenencia”, comenta.
Entre las habilidades socioemocionales que se pueden reforzar durante las reuniones familiares, la especialista destaca la autorregulación emocional, comunicación, resolución de conflictos, empatía, respeto y asertividad.
Para los niños que viven en familias separadas, recomienda mantener rutinas claras, permitirles expresar sus emociones, crear mini rituales como llamadas especiales, cartas o abrir los regalos juntos por videollamada y, evitar hablar mal del otro padre, para que la Navidad siga siendo un espacio seguro.
Un mensaje especial
Por último, la especialista nos deja una reflexión final:
La Navidad no es solo una fecha, sino un recordatorio de que el amor, la unión, y la bondad pueden vivirse todo el año. Que los niños aprendan que los pequeños actos de generosidad transforman vidas, que su presencia es valiosa y que la verdadera magia está en compartir, amar y cuidar a los que nos rodean.
