24 noviembre, 2024

La educación, asistencia y puntualidad son dos básicos que se han ido perdiendo, comenta la interventora educativa Sheila Alvídrez. Conoce más del tema

Por: Marisol Rodríguez / Fotos: Internet

Los niños son como esponjas, absorben todo lo que ven y escuchan, y lo que aprendan hoy será lo que pondrán en practica cuando sean grandes.

Por ello, es elemental que en casa, desde temprana edad, los padres de familia les enseñen valores y la importancia de estos.

En el caso particular de la educación, la asistencia y puntualidad son dos básicos que se han ido perdiendo, comenta la interventora educativa Sheila Alvídrez.

“Los niños hoy en día faltan recurrentemente y no es legal reprobarlos por falta de asistencia, entonces los padres hacen confianza y no los mandan con la regularidad que deberían o los llevan tarde porque saben que no se les puede negar el paso”, expresa.

Al hacer lo anterior, los acostumbran a que “no pasa nada si todos los días llegas corriendo de último minuto” o que “la maestra no te puede reprobar porque faltas”.

“Les están enseñado a no seguir reglas, a no respetar a los maestros, a que la convivencia no se tiene que dar como se marca sino como ellos quieren y esto influye directamente en todo, lo que van aprendiendo es lo que van a hacer cuando sean grandes”, señala.

Más niños responsables

La educación en preescolar, primaria y secundaria se denomina formativa y por ello tiene un grado de exigencia como el que los niños lleven las uñas cortas, la camisa fajada y un tipo de zapatos.

“A veces decimos eso no es importante pero si lo es al ser una etapa de formación, ya una vez que pase, el individuo puede tomar sus propias decisiones y lo hará en base a lo que aprendió, por eso es primordial que los padres inculquen y exijan que sus hijos tengan el sentido de la responsabilidad”, comenta.

Sin pretextos ni mentiras

Al hacerlos responsables evitarás que sean adultos que tengan el hábito de faltar o llegar tarde porque hicieron confianza del tiempo o simplemente porque no pasa nada si no llegan a la hora acordada.

“Muchos alumnos llegan ‘barridos’ y de paso los padres les enseñan a mentir, el niño te dice “mi mamá se quedó dormida” y la mamá que “no prendía la camioneta”, el hijo escucha y aprende que una mentira le va a solucionar el problema, ahorita parece que no pasa nada pero cuando se convierta en un joven, tendrá sus consecuencias”, expresa.

Ante ello, la especialista recomienda que entre más le enseñe un padre a su hijo que debe hacer su tarea, tener listo su uniforme, no faltar a clases y llegar temprano, éste aprenderá valores como el orden, respeto, puntualidad y responsabilidad.

“A veces parece que no está funcionando pero cuando se convierte en adulto y vive ciertas situaciones como enfrentarse a un empleo o a cursar una carrera, es cuando salen a lucir esos valores que se le inculcaron cuando era niño”, finaliza.

En resumen…

Predica con el ejemplo. Si quieres que tus niños actúen de una forma, tu debes ser su mayor guía.

Comparte los beneficios. Exprésales cómo te ha beneficiado a ti ser puntual y no faltar a tus compromisos.

La trascendencia. Recuérdales que este es un hábito que deben seguir a lo largo de toda su vida y los beneficios que les traerá.

A tiempo. Si los llevas temprano al colegio, tus hijos se volverán conscientes de lo relevante que es llegar a tiempo a cada lugar al que vayan.

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