Ayer, la banda de rock irlandesa U2 dijo adiós a sus amigos mexicanos, en un concierto que reunió a más de 65 mil espectadores y fans para deleitarse con las canciones de la banda que no pisaba suelo azteca desde 2011.
Más que ser una banda de rock, U2 de demostró en su visita a la Ciudad de México que es algo como una especie de religión, una bajo la que millones en este país y el resto del mundo se sienten cobijados.
“The Joshua Tree” era el pretexto que trajo de regreso a la banda tras seis años de ausencia, un disco que es pieza clave en su carera y su discografía, el cual por segunda noche consecutiva repasó ante el público mexicano.
Cuenta la leyenda que Joshua Tree (árbol de Josué) es un árbol al que fue dado su nombre por un grupo de mormones que llegaron al desierto de Mojave y vieron que la forma del árbol les recordaba la historia bíblica de Josue, discípulo de Moises.
El árbol tiene una forma particular en la que parece que tiene manos levantadas hacia el cielo, implorando la ayuda de Dios.
Por mas de dos horas el líder dejó de ser Bono para convertirse en Josue y con su música brindar alegría y apoyo a los mexicanos, que en más de una ocasión levantó las manos y la voz para que existe un mundo mejor
Muestra de ello fue cuando tras tocar temas como “Sunday Bloody Sunday”, “New Year’s Day”, “Bad” y “Pride”, la agrupación recordó a las víctimas de los sismos en Mexico, los huracanes en Puerto Rico y el tiroteo en Las Vegas.
“Gracias por venir aquí a vernos”, -dijo en español Bono-, nuestras melodías son de ustedes, el ritmo puede cambiarnos y ayudarnos a ser mejores, hagamos de esta, una noche épica de rock and roll. Recuerden que no hay mal que por bien no venga”.
Durante su show en el Foro Sol, el grupo repasó de forma íntegra su disco editado en 1987 y se pudieron escuchar temas como “Where the streets have no name”, “I still haven’t found what I’m looking for” y “With or without you”.
Fue durante la interpretación del álbum cuando la gran pantalla ondulada que el grupo traía como parte de su producción mostró el gran Árbol de Josue, el cual estaba ahí para cobijar a los presentes y como dijo Bono “para que sepan que no están solos, el resto del mundo están con ustedes”.
La segunda noche a diferencia de la primera, estuvo menos llena de referencias hacia los mexicanos. En esta ocasión no hubo “Cielito lindo” pero si un fuerte discurso social.
En el que se habló de la segregación que aún existe hacia la mujer como lo fue en el tema “Mothers of the Disappeared”, el cual remató la banda con un coro en español que versaba “El pueblo vencerá”.
Un concierto de U2 no podría ser un concierto de U2 sin temas que han colocado al grupo en la cima. Así se pudo escuchar canciones como “Beautiful Day”, en la que la agrupación alzó la voz sobre el muro que se planea construir en la frontera norte del país.
En su reversión de dicho tema al que agregó coros celestiales, Bono habló acerca de los dreamers, aquellos millones de estadounidenses, hijos de inmigrantes que con las nuevas políticas de Donald Trump quizá tengan que ser deportadas al país de sus padres.
Tras más de dos horas de show y luego de interpretar otros clásicos como “Elevation”, “Vértigo”, “Ultraviolet” y “One”, el grupo se despidió de Mexico, no sin antes alzar en alto una bandera nacional, besarla y agradecer a su fiel público.