Por Marisol Rodríguez / Foto: Internet

Una emocionante novela sobre la amistad, la aventura cotidiana en busca de la independencia femenina y un viaje al centro de los sueños de la mujer contemporánea es el que nos regala Vanessa Montfort con ‘Mujeres que compran flores’.

En 448 páginas narra la historia de cinco mujeres que compran flores en un pequeño y céntrico barrio de la ciudad: una para su amor secreto, otra para su despacho, la tercera para pintarlas, otra más para sus clientas y la última, para un muerto.

Tras la pérdida de su pareja, Marina desea comenzar de cero y acepta un trabajo provisional en una curiosa floristería llamada El Jardín del Ángel.

En aquel lugar conoce a otras mujeres muy diferentes entre sí y de su relación con ellas y Olivia, la excéntrica y sabia dueña del local, surge una estrecha amistad de la que dependerá el nuevo rumbo de sus vidas.

Sus protagonistas

Marina, una mujer con el síndrome del copiloto que siempre ha dependido del rumbo que le marca su pareja. Su flor es la violeta, símbolo de humildad y timidez, pero también de la confianza en sí misma que debe ganarse.

Cassandra, quien padece el síndrome de la superwoman y prioriza su éxito profesional sobre su vida personal. La orquídea azul es su flor y representa el relax que le falta.

Gala, representa el síndrome de Galatea, considera que la mujer tiene hoy todos sus derechos, menos el de envejecer. Su flor es el lirio blanco, símbolo que coquetería que no se marchita hasta la muerte.

Aurora, padece el síndrome de la bella sufriente, confunde el amor con la obsesión. La caléndula es su flor, símbolo de pena y de la crueldad que no se atreve a devolver para defenderse.

Victoria, posee el síndrome de la omnipotente, la mujer que puede con todo: ser la mejor madre, la mejor trabajadora, la mejor hija. Su flor es la del membrillo, la de la tentación… de romper con todo y liberarse.