El olor peculiar de la tercera edad no tiene nada que ver con su higiene. Nuestra piel se oxida continuamente y emite una molécula denominada 2-nonenal.
Esta se encuentra en la epidermis desde pequeños, pero no empieza a percibirse realmente hasta entre los 25 y 30 años, y va aumentando con la edad.
¿Por qué?
Los cambios hormonales de la madurez traen como consecuencia un aumento en la producción de lípidos en la superficie de la piel, y paralelamente, se va reduciendo nuestra capacidad antioxidante natural.
El resultado es que aumenta exponencialmente esa peroxidación, generando más 2-nonenal y esto provoca que el cuerpo tenga un mal olor. La diferencia con el sudor es que los lípidos no son solubles en agua, y no se va por más que exageremos con la higiene, de ahí que el mal olor relacionado con los ácidos grasos sea tan complicado de eliminar.
Cómo combatirlo
Suplementos de dehidroepiandrosterona (DHEA), hormona producida naturalmente en el cuerpo por las glándulas suprarrenales ubicadas cerca de los riñones y al lado del hígado, pueden mejorar la hidratación y la firmeza de la piel, y reducir los signos de envejecimiento en adultos mayores.
Recuerda que antes de comenzar con cualquier tratamiento, es importante que cuentes con la supervisión de tu ginecólogo de confianza.
Por Dra. Aurora de la Paz Orozco
• Ginecología y Obstetricia
• Máster en Climaterio y Menopausia
• Especialista en láser ginecológico, estético y bioregenerativo
• Medicina funcional e integrativa
• Ozonoterapia clínica y terapias regenerativas
• Longevidad saludable en climaterio y menopausia
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