Los alumnos han comenzado desde hace algunas semanas a ir nuevamente a la escuela de manera presencial, por lo que para muchos padres y alumnos está siendo un verdadero reto después de un año y medio sin acudir al colegio, eso sin contar las muchas actividades que los docentes y directivos están haciendo para que la seguridad, en la cuestión de la salud, sea una prioridad, y los padres de familia se sientan confiados en que sus hijos estarán en un ambiente protegido.
Cabe mencionar que para los estudiantes ha sido un alivio volver a clases, porque está comprobado que el encierro, sobre todo en los niños y adolescentes, es perjudicial en la salud mental y emocional; así que, la vuelta a las aulas con sus maestros es un beneficio que antes no era tan apreciado como lo es evidente hoy.
Hay padres de familia que todavía sienten miedo de dejar que sus hijos vuelvan a clases presenciales, y es entendible, pero es muy probable que la población en general siga siendo vacunada contra el Covid-19. En noticias recientes, y más en la Ciudad de México, se ha visto casos en que los padres han buscado amparos jurídicos para que sus hijos reciban la vacuna. Y al ser inmunizados, estos tienden a sentirse protegidos y con la convicción de que, al estar en un entorno como lo es la escuela, los niños y jóvenes no contraerán el virus.

El sistema híbrido tiene sus ventajas, el número de estudiantes que asisten son menos, es decir, el 50% del total del grupo. Y esto tiene una gran ventaja en cuanto a la atención que se les brinda a los que les toca asistir, por que el maestro atiende personalmente las dudas que surgen referente al tema expuesto; por supuesto, sin olvidar a los alumnos que están en línea.
El docente actual se ha convertido en un as de la tecnología en línea, manejando al mismo tiempo distintas plataformas para dar seguimiento a los trabajos de los alumnos, resolver dudas de los padres de familia, asistir a reuniones, capacitarse para las clases y muchas otras cosas más, que el maestro no hacia antes de la pandemia; claro, sin descartar el esfuerzo y la dedicación que padres y alumnos han hecho para adaptarse a esta nueva modalidad.
La escuela mexicana se actualiza constantemente, y con ella, los padres, alumnos, docentes e instituciones. La tecnología es una compañera poderosa que evoluciona permanentemente y beneficia el proceso educativo, sin embargo, surge una pregunta ¿qué hubiera pasado si este tipo de contingencia mundial hubiese ocurrido hace 30 o 40 años atrás? La pregunta es sencilla y compleja a la vez: adaptarnos. ¡Sí! Como lo estamos haciendo hoy.

Por Carlos A. Rodríguez
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