Por Carlos A. Rodríguez / profecarlos013@gmail.com

Los recursos tecnológicos enfocados en la información y la comunicación (TIC) mejoran y transforman la educación en muchos niveles.

El avance tecnológico en las últimas dos décadas ha convertido al hombre en un ser dependiente de los servicios que este desarrollo ofrece. Basta observar a las personas con su Smartphone en mano, miles de aplicaciones que brindan funciones para todo tipo de necesidades, y es una de estas necesidades la que compete hoy: la educación.

Gracias a las TIC, la docencia y los estudiantes, pueden seguir interactuando, más o menos normal, pero por qué normal. La pandemia que nos ha asolado desde hace varios meses, ha evitado que maestros y alumnos puedan interactuar de manera presencial, no obstante, poco a poco, la nueva forma de enseñar y aprender en las aulas virtuales, ha generado un ambiente cada vez más normal, donde alumnos y profesores se comunican eficientemente.

Una de las grandes ventajas que hoy podemos observar es el gran abanico de recursos digitales, algo que en muchas escuelas no se tenía de forma presencial, por ejemplo, en ocasiones al docente le llegaba una idea, la cual requería mostrar en clase un viaje virtual por alguna ciudad en cualquier parte del mundo, pero para llevarlo a cabo, se necesitaban ciertos dispositivos como proyector, computadora e internet; que a veces no estaban a la mano.

Ahora, el docente puede llevar a los estudiantes alrededor del mundo desde una perspectiva espacial hasta llevarlos a un punto específico, mostrar con ejemplos visuales y auditivos una duda, dar ejemplos, enseñar a los niños y jóvenes cómo buscar información, dinámicas a través de juegos, compartir presentaciones y muchas otras maneras de aprovechar la tecnología que tenemos al alcance.

Definitivamente las TIC brindan estrategias nuevas de enseñanza, algo que tenía que llegar de una u otra manera, pero gracias a un virus, la información y la comunicación está evolucionando. La manera en que interactuamos es diferente, pero nuestra gran aliada para adaptarnos a esta nueva normalidad es la tecnología. Claro, siempre y cuando se use con responsabilidad.