Por Marisol Rodríguez / Foto: Internet
Los cuentos son una fantástica herramienta para hablar de las emociones con tus hijos. A través de la historia se puede identificar el sentir de los protagonistas y practicar el reconocimiento de las propias emociones. Toma nota de estos cuatro consejos y aplícalos a la hora de leer con los pequeños del hogar.
1. Habla de tus emociones de forma abierta
Para los niños es importante y bueno ver que sus papás también sienten las mismas emociones que ellos; anímalos expresando cómo te sientes tras leer la historia, las emociones que despertó en ti y qué hubieras hecho en una situación similar.
2. Pregunta sobre su sentir
Al finalizar la lectura, lanza una pregunta: cuáles son las emociones que están experimentando los protagonistas del cuento. De esta forma no solo fomentarás el desarrollo de la empatía, sino también el reconocimientos de las emociones propias.

3. Empatía, la protagonista
En cada historia hay un protagonista que vive diversas emociones que son universales y le pueden resultar familiares a los pequeños. Por ejemplo, la alegría, sorpresa, miedo, tristeza, enfado y frustración. Al hablar de ellas con naturalidad, los niños aprenderán a identificarlas cuando se produzcan en su vida diaria.
4. Juega a imitar a los personajes
Reúne los cuentos que le fascinan a tus hijos y jueguen a representarlos. Cada uno debe hacer un papel y expresar las diferentes emociones que suceden a lo largo de la historia.