Por: Marisol Rodríguez / Fotos: José Zamora /

Conoce más de esta dupla que hace suyo cualquier escenario que pisa

En el arte de crear historias al momento, los actores Antonio Zacruz y Marcos Duarte han encontrado el uno en el otro, la combinación perfecta.

La improvisación ha estado presente en sus carreras desde hace más de diez años y se han encargado de llevarla no solo a lo largo de México sino de otros países como Perú, Estados Unidos, Colombia y Argentina.

En su más reciente visita a la ciudad, platicamos con ellos y esto fue todo lo que nos compartieron de sus carreras y sus planes a futuro.

Antonio Zacruz

Su historia en la actuación inició hace 21 años, siendo sus inicios a los 8 en Canal 11, dentro de programas dedicados al público infantil.

Posteriormente, se dedicó al teatro y empezó a estudiar lengua de señas mexicana, ya que parte importante de su labor es la inclusión.

El originario de la Ciudad de México recuerda que la primera vez que vio improvisación fue por casualidad, ya que una ex novia le había obsequiado boletos para ‘La dama de negro’ y terminó viendo ‘La cascarita’.

“Me acuerdo que decía cómo le hacen para ponerse de acuerdo en diez segundos de toda la historia”, platica el actor que se describe como un chantajista.

Y es que, el también dramaturgo y director, agrega que le encanta escribir cosas para que la gente sienta emociones y a su vez, generar la inclusión desde el arte.

“Sé que tengo una misión en esta vida que es abrirles las puertas o acercarle esa oferta cultural a las personas con alguna discapacidad para que lo disfruten y me veo siendo una pieza importante para lograrlo y esparcir la impro por todo México”, finaliza.

Marcos Duarte

Nacido en esta frontera, fue a los 21 años cuando partió a la Ciudad de México como parte de un grupo musical y una vez allá, inició sus estudios en actuación.

Ahora con más de dos décadas en esta profesión, su trabajo ha incluido proyectos de series, películas, locución comercial y doblaje.

Duarte platica que lo que más disfruta de esta carrera es que “el público salga con emoción, un sentimiento, un gran sabor de boca, divertirlos, hacerlos que la piel se les erice”.

Sobre cómo se describe, el actor que participó en la cinta de ‘Marcelino, Pan y Vino’, señala que es un apasionado del arte, a quien le fascina hacer escultura, cantar, las cámaras, dar talleres, clases y consejos.

Por último, expresa que se visualiza ganándose un Oscar pero más allá del premio, que su labor se dé a conocer porque es algo que va en pro de un mundo mejor.

“Que nos conozcan como esas personas que estamos contribuyendo con, es como el objetivo y seguir formando actores e improvisadores hasta que ya no pueda”.