21 noviembre, 2024

Ícono e inspiración para la mujer, la actriz estadounidense fue y seguirá siendo una influencia en la cultura popular y el estilismo.

Reconocida como la rubia eterna, Monroe nació en Los Ángeles, California un 1 de junio de 1926 con el nombre de Norma Jeane Mortenson.

Su historia en Hollywood inició en 1945, pero no fue hasta 1952 cuando llegó su primer papel protagónico en la película “Don’t Bother to Knock”.

A partir de ese momento su popularidad creció y su nombre figuró en historias como “Gentlemen Prefer Blondes”, “How to Marry a Millonaire”, “The Seven Year Itch” y “Bus Stop”.

Años después Monroe fundó su productora, en la que su papel más elogiado fue en “Some Like it Hot”, cinta que la hizo ganadora de un Globo de Oro a Mejor actriz de comedia o musical.

Una de las mejores cosas que me han pasado es ser una mujer. Esa es la manera en que todas las mujeres deberían sentirse”, decía Marilyn Monroe.

Entre la moda y el glamour

Monroe conocía su cuerpo y sabía lo que le favorecía: chaquetas apretadas, pantalones cortos o sus representativos vestidos de vuelo ceñidos a la cintura.

La actriz estableció un estilo nuevo que no tenía algún secreto en particular más que adaptar al guardarropa diario aquello que realzaba el cuerpo.

“Marilyn fue la epítome de un tipo de ideal femenino”, declaró alguna vez Christopher Nickens, coautor del libro “Marilyn in Fashion”, en el cual se analiza su influencia en la moda.

Dos de sus emblemáticos vestidos fueron el blanco que lució en la película “La tentación vive arriba”, en que aparece en los respiraderos del metro de Nueva York y estos elevan su vestido para dejar al descubierto sus piernas.

El otro, de un rosa vivo, escote y un gran lazo al final de la espalda, lo portó en “Los hombres las prefieren rubias”, mientras cantaba el tema “Diamonds are a Girl’s Best Friend”.

En cuestión de estilo, además de su cabellera platinada y ondulada, Monroe también marcó tendencia al lucir unos labios voluptuosos y de un rojo intenso.

Inspiración del arte pop

Monroe también fue musa para diversos artistas plásticos, entre ellos Andy Warhol, Salvador Dalí, Willem de Kooning, James Gill, Mimmo Rotella, Wolf Vostell y Richard Hamilton.

Su imagen se convirtió en ícono para la cultura popular desde finales de los años cincuenta y trascendió más allá de su muerte.

Warhol, el llamado padre del arte pop, fue quien más utilizó su imagen con sus famosos y coloridos collages, titulados “Twenty-five colored Marilyns”, “Marilyn Monroe’s Lips” y “Marilyn Diptych”.

La otra cara de Marilyn

La vida de la estrella del cine no siempre estuvo llena de felicidad. En su infancia vivió abusos infantiles y pasó por varios orfanatos cuando su madre fue ingresada en un psiquiátrico.

Lo anterior la llevó a casarse con tan solo 16 años con el escritor y político James Dougherty, después con el beisbolista Joe DiMaggio y finalmente con el escritor Henry Miller.

A la actriz también se le adjudicaron varias aventuras amorosas, una de ellas con el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy.

Finalmente, su estrella se apagó el 5 de agosto de 1962. Sumergida en desequilibrios mentales fue encontrada en la habitación de un hotel en Los Ángeles; la autopsia reveló que la causa de su muerte fue una sobredosis de barbitúricos.

Entre la actuación, el glamour y alguno que otro escándalo, así fue la vida de Marilyn Monroe: un ícono del siglo XX.

Marilyn en cinco frases

La imperfección es belleza, la locura es genialidad y es mejor ser absolutamente ridículo que absolutamente aburrido”

 

“Ríe cuando estés triste. Llorar es demasiado fácil”

 

“Dale a una mujer los zapatos adecuados y conquistará el mundo”

 

“No me importa vivir en un mundo de hombres, siempre que pueda ser una mujer en él”

 

“El amor no necesita ser perfecto, solo necesita ser verdadero”

 

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