El mindfulness o conciencia plena apareció en el mundo hace 2500 años, pero es en los últimos 25 que se ha vuelto una tendencia de salud a nivel global. No es de extrañarse ya que su práctica resulta en una concentración más aguda, mejoramiento del humor, reducción del estrés, reforzamiento del sistema inmunológico e incluso combate la obesidad. Es común ver la presencia de esta palabra en libros, revistas y publicaciones digitales, en las cuales siempre se ofrece el camino rápido y sencillo para desarrollar consciencia plena, pero la práctica del mindfulness puede requerir entrenamiento y dedicación.
De acuerdo con Thich Nhat Hanh, un maestro zen vietnamita (que debido a su trabajo por la paz en la guerra de Vietnam inspiró a Martin Luther King Jr. a proponerlo para recibir el premio Nobel), la conciencia plena (mindfulness) es la energía de estar consciente y despierto en el presente. Es la práctica continua de tocar la vida profundamente en cada momento. A su vez Thay (como le llaman con cariño sus discípulos) propone que la práctica no nos requiere ir a un lugar especial o viajar a un monasterio para ser posible: podemos seguir haciendo las mismas cosas que hacemos siempre, como caminar, sentarnos, trabajar, comer, hablar… con la diferencia de que las hacemos siendo conscientes de lo que estamos haciendo.
Para entender lo que mindfulness significa para Thay, podemos recurrir a nuestra imaginación: imagina que estás de pie con un grupo de personas, contemplando un hermoso amanecer, pero mientras que otros se están empapando la vista, tú luchas. Estás inquieto con tus proyectos y preocupaciones. Piensas sobre el pasado y el futuro. No estás presente para apreciar la experiencia. De modo que, en vez de disfrutar del amanecer, dejas que la riqueza del momento pase inadvertida.
Supón, sin embargo, que lo miras desde otra perspectiva. ¿Qué pasa si cuando tu mente comienza a divagar, diriges tu atención a tu respiración? Conforme vas practicando esto profundamente, vas regresando al presente. Tu cuerpo y tu mente se juntan completamente como una unidad, permitiéndote estar totalmente disponible para presenciar, contemplar y disfrutar del escenario. Regresando al hogar de tu respiración, recuperas esa maravilla del amanecer.
¿Qué otros amaneceres nos estamos perdiendo en nuestra vida? Comúnmente estamos tan ocupados en nuestra mente que no tenemos el tiempo de estar presentes para las personas importantes de nuestra vida. Quizá podamos dedicarles un poco de tiempo en la semana, pero es común que solo nos preocupemos por el futuro o resintamos el pasado a su lado, o nos refugiemos en el consumo irreflexivo de información en nuestro celular; ¿es acaso esta la mejor forma de convivir? Tenemos que parar, pero ¿cuál es la mejor forma?
De acuerdo con Thay paramos por medio de la respiración. Esta es la razón de que nuestra práctica básica sea la respiración consciente. Si dominas esta práctica, podrás cultivar el caminar consciente, comer consciente, beber consciente, cocinar consciente, conducir consciente y el convivir consciente con los seres que amas; estarás siempre en el aquí y ahora.
Si te gustaría aprender más acerca de las enseñanzas y prácticas de Thay, y te gustaría hacerlo en una comunidad cálida y amable, te invito a que te unas como yo a la Sangha (comunidad) Tiep Hien, la cual se reúne todos los lunes de 7:00pm-9:00pm en Av. Insurgentes #4260. También puedes buscarnos en Facebook como Sangha Tiep Hien.