Desde el año 2012 cada 21 de marzo se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down.
Esta fecha tiene el objetivo de crear conciencia dentro de la sociedad, del valor que tienen estas personas, reivindicar sus aportes, derechos e independencia para la toma de decisiones y crecimiento personal.
El Síndrome de Down no es una enfermedad, es una alteración genética provocada por un cromosoma extra, llamado trisomía 21.
Su presencia puede afectar el desarrollo cerebral y del organismo, siendo la principal causa de discapacidad intelectual y también la alteración genética humana más común.
Los programas de intervención temprana, con un equipo de terapeutas y educadores especiales que tratan la situación específica de cada niño, pueden ser útiles para el tratamiento del síndrome de Down.
Un día para reflexionar
¿Has estado en algún lugar donde te sientes completamente diferente? Por la razón que sea, puede que haya sido una experiencia incómoda, ahora imagínate tener algo que te hace físicamente diferente; como sociedad hemos creado y establecido muchos estigmas a quienes no tienen las capacidades que esperamos, y por esperar me refiero a que tal vez no seamos capaces de ver más allá de estas extraordinarias personas que pueden lucir diferentes, pero tienen un corazón enorme, lleno de coraje, de ganas de aprender y de vivir.
En temas de inclusión, es bueno hacer un autoanálisis sobre cómo reaccionamos ante una persona diferente a nosotros, ya que desafortunadamente existen periodos donde al salir al ‘mundo’, se puede enfrentar al rechazo y las burlas, entre otras cosas que pueden afectar su desenvolvimiento psicosocial.
Si la familia no es capaz de aceptar al niño, joven o adulto con esta condición, influenciará fuera de casa, es por eso que debemos de abrazar las diferencias como algo maravilloso y no como algo extraño.
Igual que tú y yo
Las personas con síndrome de Down pueden hacer toda una vida normal, solo con el riesgo de una enfermedad cardiaca o intestinal, que por lo regular es lo que llegan a padecer.
Crecen y aprenden jugando como los demás, pueden trabajar, enamorarse, tener pareja e incluso formar una familia, he aquí la importancia de una estimulación temprana adecuada y tener a la familia como una sólida red de apoyo.
Cada vez que tengas la fortuna de ver a una persona con síndrome de Down o bien si tienes el honor de tenerla en tu familia, ámala, apóyala y aprende de todas esas cosas que tienen por enseñarte.
En el país vamos retrasados en asuntos de inclusión social, pero podemos hacer la diferencia poco a poco, todo gran cambio empieza con nosotros mismos y juntos podemos vencer el estigma.
“Aunque tal vez no tengas el reto tan grande como una persona con trisomía 21, recuerda ser quien eres sin importar el qué dirán y abrazar esos rasgos que te hacen diferente”
Por M.C. Betsabé Ruizesparza Flores
Psicóloga y maestra en Comunicación
betsabe_ruizesparza@icloud.com