Para terminar el año con broche de oro e iniciar 2018 con el pie derecho, siempre he creído que estas cinco acciones pueden hacer la diferencia.
- El recuento de los daños. Pero no de manera negativa, al contrario, de una forma optimista, pues el miedo y la culpa son dos pilares que destruyen la vida de los seres humanos. Hagamos un análisis de los daños que nos ocasionamos por las malas actitudes que tuvimos durante el año. Esto nos ayudará a entender que hay circunstancias que están bajo nuestro control y en las cuales podemos influir de alguna manera para nuestro beneficio, como cambiar malos hábitos, dejar de fumar, modificar nuestra alimentación y poner un límite a los alimentos chatarra.
Es importante darnos cuenta que nuestro cuerpo merece lo mejor, que necesitamos gente buena a nuestro alrededor. Aquí también es fundamental incluir las acciones que tomaste en este año con las que perjudicaste a seres queridos.
- El recuento de bendiciones. Ser agradecido fortalece el espíritu. No termines ni empieces un año sin haber dado las gracias. Da gracias a lo que tu creas, agradece por lo vivido, lo bueno y lo malo. Admiro a la gente que a pesar de todos los problemas que se presentan siguen agradeciendo. Antes de empezar 2018 da gracias por todo lo que viene.
- Pocos propósitos y que sean claros, precisos y concisos. Es recomendable hacer propósitos para este nuevo año, pero no creo que lo ideal sea tener más de tres. Desafortunadamente cuando hacemos muchos propósitos no cumplimos a veces ninguno. Es bueno enfocarnos en los tres más relevantes e importantes. Puede ser uno personal, otro laboral y uno más relacionado con mis relaciones con la gente que más quiero. Que sean claros, precisos, concisos y sobre todo que se puedan medir en el tiempo. Que si me comprometí con el orden y la limpieza, ver si se ha notado en la productividad y eficiencia a nivel personal y laboral. Si prometí bajar de peso, que se note en la báscula. Si mi promesa fue ser más paciente, evaluar la calidad de mis relaciones con los demás.
- El perdón. Sacúdete el polvo, agradece y perdona. Hay mucha gente que dice: “Es que yo no puedo olvidar”. ¿Quién dijo que perdonar es olvidar? Yo tengo muy buena memoria, por lo tanto me acuerdo perfectamente de quién me ha ofendido. Perdonar no significa olvidar, pero cuando quieras perdonar de verdad, te pido que empieces haciéndolo aunque sea de dientes para afuera, a pesar de no estar convencido, que no lo sientas o no te nazca. Recuerda que nosotros, los seres humanos, trabajamos con base en hábitos y, conforme lo hagamos repetitivo, más se fortalece. Entonces di: “Te perdono donde quiera que estés; me hiciste daño, sí, pero no te juzgo”.
El perdón es una de las mejores estrategias que puedes aplicar en este 2018. He aprendido que cuando perdonamos, dejamos en el pasado lo que debe quedar sepultado.
Cuando yo perdoné a una persona que le hizo daño a mi familia empecé a sentir la carga más ligera. Indudablemente los beneficios más grandes del perdón son el amor y la prosperidad, pues tocan a la puerta de tu corazón. Inmediatamente comenzarás a ver cambios: lo que está enredado se desenreda, surgen nuevos caminos, la gente empieza a manifestarte el cariño. Yo le llamo una situación bendita.
- Limpiar, purificar. Creo firmemente en la ley de la abundancia: “Para que entren cosas nuevas a tu vida hay que hacer espacio”. Por falta de espacio no llega lo bueno y lo mejor. Esto lo interpreto de la siguiente manera:
- a) Para que lleguen buenos y mejores pensamientos que te hagan sentir bien y en paz, necesitas primero desechar todos aquellos que te hacen sentir intranquilo y desequilibrado. No es trabajo fácil, pero sí es posible. Recuerda que tú eres el único que tiene control sobre lo que piensas. Si lo que te aflige no está en tus manos cambiarlo y lo piensas una y otra vez, te aseguro que el estado de ánimo no es el mejor. Dile a ese pensamiento desgastante que no es bienvenido y dale cabida a pensamientos que te hagan sentir mejor. Hay un proverbio chino que dice: “Para poder beber un buen vino en una copa que está llena de té, primero hay que tirar el té y después servir y beber el buen vino”.
- b) Objetos y ropa que consideras ya un estorbo, retíralos. Dónalos, tíralos… pero que no ocupen un espacio, porque todo aquello que amontonas tiende a ser interpretado por la mente subconsciente como un retroceso, una saturación, y puede manifestarse de diferentes maneras.
- c) Es bueno y saludable deshacerte de ofensas merecidas o inmerecidas que te desgastan y atosigan. Es bueno ir por la vida con equipaje ligero, dejando a un lado los agravios que recibiste y que no te dejan avanzar.
Recuerda que la alegría hace que vivamos más tiempo, los enemigos más terribles de la salud son la ausencia del perdón, el rencor y el resentimiento.