Por Marisol Rodríguez / Fotos: Internet
Si existe un producto mágico que se encarga de darle vida y color a tu rostro, particularmente a las mejillas, ese es el rubor. En esta ocasión te damos algunos tips para que elijas el que sea adecuado a tu tono de piel; ¡toma nota!
Pieles claras
Los colores durazno, coral, rosa y con pigmentos aperlados se verán fabulosos en tus mejillas. También puedes optar por los tonos bajos como los pasteles; no olvides difuminarlos muy bien y combinarlos con tu labial favorito para crear armonía en toda tu cara.
Pieles de tono medio
Cuando tu piel no es tan fría ni tan cálida, sino que posee un color neutro, eres una afortunada, ya que casi todos los tonos de blush te quedan. En este caso, por lo único que tienes que preocuparte es por elegir la fórmula correcta: rubores en polvo, si tu piel es grasa y en crema, si por el contrario, es seca.
Pieles cálidas
En esta categoría entran casi todas las pieles latinas, para comprobar que es la tuya, haz lo siguiente: párate frente al espejo y toma dos prendas o mascadas, una dorada y otra plateada, ponlas cerca de tu rostro y observa cuál hace que luzca más iluminado. Si el ganador es el color oro, tu piel es cálida y tus colores son el melocotón, los bronces y rosados.
Pieles morenas
Los tonos vibrantes son los tuyos, entre ellos el terracota, fucsia, toronja y berry. Recuerda difuminar muy bien para que se funda con tu piel y si lo quieres, puedes saturar el color para lograr un contraste que impacte o aplicarlo en la sien con la técnica draping que consiste en colocar un tono oscuro en el pómulo y uno claro justo en la parte superior para dar luz al rostro.