La historia la trae en la sangre afirma con orgullo quien recientemente recibió el titulo de miembro de la Academia Mexicana de la Historia en el estado de Chihuahua. Conócelo
Por: Marisol Rodríguez / Fotos: José Zamora
Un camino amplio por la investigación, la historia y las ciencias jurídicas es el que ha transitado el doctor Víctor Orozco, miembro de la Academia Mexicana de la Historia en el estado de Chihuahua.
Con orgullo platica que dicho título le fue otorgado recientemente, “para mí en lo personal tiene mucha importancia, son hitos, escalones en la carrera profesional…es una gran distinción por la gente que sé que está ahí, muy calificada en la élite de los historiadores de México”.
El doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirma que la historia la trae en la sangre.
“Forma parte de mi vida, me formé en un contexto familiar donde los libros de historia y las historias contadas eran muy socorridas…los primeros textos que leí fueron sobre la Revolución Mexicana”, expresa.
Una vida en las aulas
Durante su trayectoria el historiador ha expuesto sus conocimientos en artículos de prensa, revistas y libros pero también los ha llevado a las aulas.
En la UNAM trabajó doce años en la Facultad de Economía, en la Universidad Autónoma de Chihuahua estuvo cinco y en UTEP uno como profesor visitante.
Mientras que, a partir de 1988 llegó a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, donde ha pasado los últimos 31 años.
En esta área ha impartido clases de derecho, teoría del estado, historia constitucional de México, de Chihuahua y del norte, entre otras asignaturas,
Además de compartir con los jóvenes su pasión por el manejo de archivos.
A través del tiempo
Para el doctor Orozco todo es gratificante en este andar y afirma que trabajar en la historia es como subirse a una máquina del tiempo.
“Conoces a los personajes, a sus familiares, cómo se expresaban, qué comían, cómo se transportaban, es un placer enorme conocer el pasado, la historia es una ciencia, un arte”, expresa.
Y agrega que ésta también tiene mucho de inspiración, aportación personal y creación, “el historiador no inventa pero sí crea un contexto para entregárselo al lector de la mejor manera posible”.
Sin límites
Aunque suene simple, el historiador platica que es un hombre al que le gusta mucho vivir y disfrutar de todo lo que le ofrece la vida.
“Me gusta mucho viajar, conocer muchos lugares del mundo, yo creo que hay que vivir la vida lo más intenso que se pueda, no limitarse”, dice al mismo tiempo que recuerda que una vez leyó un letrero cuando construían el centro de Washington que decía ‘hay que pensar en grande’.
“Yo pienso que es cierto eso, hay que pensar siempre en grandes cosas para hacer en la vida, lo logre o no, ese es otro problema, el tránsito es lo que importa”, señala.
Otra de las cosas que gustan al historiador y también carpintero de oficio, es el aislamiento y el silencio pero aclara que solo para escribir y que esto no lo hace un ermitaño.
“Me gusta bailar, la fiesta, la música, son formas de ser, de tratar de vivir lo más intenso que se pueda en todos los ámbitos”, agrega.
“Hasta donde me alcancen las fuerzas”
Actualmente, el doctor Orozco trabaja en un libro de viajes, donde mezcla géneros e introduce elementos de historia, política y filosofía, entre otros.
“Cuando uno ya tiene muchos años leyendo y estudiando, una de las virtudes de hacerse viejo es que acumula conocimiento y vivencias, eso es lo que estoy haciendo ahora”, comenta.
Por último, comparte que a futuro desea “viajar todo lo que pueda, dar clases hasta donde alcancen las fuerzas, seguir gozando de mis oficios de historiador, carpintero, viajero, todo esto que la vida me ha permitido hacer”.