Por Marisol Rodríguez / Fotos: Internet

Un perro en casa es garantía de que recibirás mucho amor y afecto sin condición, y a cambio, este espera lo mismo. Para que ese vínculo con tu mejor amigo crezca, es importante que te comprometas y le dediques tiempo, ya que solo así conocerás a fondo su personalidad y descubrirás que es un ser único, lleno de inteligencia y sensibilidad. Checa estos consejos para que disfrutes al máximo de su compañía.

Conoce su lenguaje corporal

La forma de expresión más común del perro es su ladrido, pero también debes poner atención en su lenguaje corporal, ya que a través de su cola, orejas, patas y rostro puede transmitirte sus sentimientos, pensamientos y estados de ánimo. De esta forma será más fácil que reconozcas sus deseos y necesidades o si enfrenta un lapso de estrés, ansiedad o simple aburrimiento. Tu perro se sentirá seguro y amado al saber que es comprendido.

Crea momentos únicos

Un paseo en el parque, jugar a la pelota, llevarlo de viaje o pasar más tiempo en casa con él, son momentos que tu can considerará únicos. Para conseguirlos solo basta un poco de voluntad y planeación, haz la prueba y dedícale, por ejemplo, unos 30 minutos al día para ejercitarse juntos, esta actividad los beneficiará en su salud y en el crecimiento del vínculo afectivo.

Consiéntelo a través del estómago

Al igual que el ser humano, el perro relaciona los aromas, texturas y sabores a sus recuerdos y sentimientos, así que de vez en cuando prepárale una comida especial para expresarle todo tu amor. Esto también es una oportunidad para diversificar su dieta, al incluir alimentos frescos y naturales como un arroz con caldo de pollo.

Edúcalo con juegos

Una de las mejores formas de pasar más tiempo con tu can es a través del entrenamiento, sobre todo cuando tienes un cachorro. Si es así, su educación debe incluir una alta cantidad de juego, el cual le permitirá aprender mediante la estimulación física, cognitiva, social y emocional. Al momento de enseñarle un ejercicio o truco, será necesario que le des un refuerzo positivo, como una caricia o un premio. Si algo no sale bien, por ningún motivo recurras a la violencia, ya que esta solo favorecerá al desarrollo de conductas agresivas y de ser una experiencia positiva se convertirá en una traumática.