Por Marisol Rodríguez / Foto: Internet
La tortilla francesa u omelette es uno de los desayunos más fáciles y rápidos de preparar. Tan solo bastan un par de huevos, sal y aceite o mantequilla para prepararla y disfrutar de su gran sabor.
Esta delicia gastronómica tiene su origen en España, concretamente en Cádiz y San Fernando, en 1810 durante el asedio francés; en aquella época sus habitantes se dieron a la tarea de preparar su platillo favorito: la tortilla de patatas, pero ante la escasez de las papas, utilizaron solo huevos.
Otro antecedente de la tortilla francesa se remonta a cuatro años atrás, en 1806, cuando Alexander Hunter publicaba en York, Inglaterra, el recetario Culina Famulatrix Medicinae, donde se incluía la receta A French Omelette, lo que hace suponer que el apelativo de ‘francesa’ se lo pusieron los ingleses a finales del siglo XVIII.
Hoy en día, además de sus ingredientes base, la tortilla francesa puede ir rellena de infinidad de ingredientes como jamón, queso, espinacas, tocino, cebolla, espárragos, pimientos, rajas, champiñones, salmón y más.
Ingredientes
• 2 huevos frescos
• 15 gramos de mantequilla
• Pimienta negra molida
• Sal
Preparación
- Rompe los huevos y colócalos en un plato hondo. Salpimenta ligeramente y bate con ayuda de un tenedor o varillas hasta lograr una mezcla homogénea ligada, que no queden rastros de clara separada.
- Calienta una sartén antiadherente a temperatura media-alta y añade mantequilla, distribúyela por todo el fondo. Baja el fuego y echa la mezcla de huevo batido, y extiende bien.
- Cuaja agitando la sartén de arriba hacia abajo y con movimientos circulares, removiendo al mismo tiempo la mezcla de huevo, y raspando los bordes para llevarlos hacia el centro. Deja pasar un minuto y comienza a enrollar la base de la tortilla sobre sí misma.
- Engrasa un poco más el fondo de la sartén con mantequilla para que se te haga más fácil.
- Retira del fuego y termina de doblar los extremos. Coloca en un plato con cuidado y adereza al gusto.
Tips para cocinarla
• Bate uno o dos huevos con una pizca de sal sin llegar a hacer espuma, ya que si no perderá jugosidad.
• Si la quieres esponjosa puedes añadir un poco de leche al batir los huevos, aproximadamente una cucharada por cada dos huevos.
• Agrega una cucharada de agua por cada huevo al batirla, así obtendrás mayor jugosidad.