Por Marisol Rodríguez / Foto: Internet

El croissant es uno de los panes más populares del mundo. Dulce o salado, solo o relleno, se disfruta a cualquier hora del día.
Panaderos afirman que el encanto de su sabor está en el amasado y en respetar los tiempos de reposo y enfriamiento.
La masa de hojaldre, levadura y mantequilla son los ingredientes de la receta original de este pan que celebra su día cada 28 de enero.

Su origen

Aunque muchos creen que es originario de Francia, la realidad es que fue elaborado por primera vez en Austria.
Su llegada a territorio francés fue con un pastelero vienés, quien lo llevó a París en 1838; otra versión asegura que fue María Antonieta la responsable de su llegada a aquel país.
La primera receta del croissant se publicó en 1891 con otro tipo de masa y en 1905 la de su versión hojaldrada, la cual también se incluyó en la primera edición del Larousse Gastronómico de 1938.
Este pan es tan versátil que lo puedes comer con rellenos dulces: chocolate, mermelada, crema pastelera o dulce de leche.
Y si prefieres lo salado, este va perfecto con embutidos, quesos y vegetales.

El dato
Croissant significa creciente en francés y fue llamado así por su parecida forma con el cuarto creciente lunar.