21 noviembre, 2024

La timidez es un rasgo de la personalidad de algunas personas que en algunas ocasiones impide ser socialmente feliz, ya que la persona tímida evita los conglomerados, las fiestas y los momentos en los que tenga que hablar, más si es en público. Pero ¿qué hacer si quieres vencer la idea de agachar la mirada o esconderte para evitar sobresalir? WEEKEND platicó con la psicóloga Fabiola Flores sobre algunas recomendaciones para que interactuar con otras personas resulte más sencillo. “La facilidad para hablar con personas desconocidas sin ningún temor puede ser todo un reto para algunas personas. En esos casos existe terapia y algunos ejercicios para vencer esa dificultad”, indicó.

Timidez. Cuando prefieres pasar desapercibido

La timidez tiene como antecedente el miedo, ¿a qué?, a hablar, a ser humillada, avergonzada o ignorada. Por diferentes razones las personas tímidas pueden experimentar diferentes grados de inseguridad, dolor o vergüenza, por lo que evitan hacerse notar en público. “El mayor problema de la timidez es que puede ser un obstáculo para el éxito y el desarrollo personal”, comentó Flores.

Cómo vencerla

1. Saber que es una situación que muchas personas viven y padecen igual que tú ayuda a que no pierdas el ánimo para intentar atacar tu timidez.

2. Aprender a manejar la tensión al momento de hablar y convertirla en exaltación y no miedo. El miedo se puede transformar en pasión cuando cambias la forma en que traduces esa emoción.

3. No luchar por no sentir miedo, sino aceptar el miedo y dominarlo, manejarlo para poder avanzar. Está bien sentir nervios y miedo, pero no te deben dominar esos sentimientos.

4. Retomar la postura de tu cuerpo. La cabeza alta, los hombros hacia atrás y los brazos ocupando la mayor amplitud posible, te proporcionan una imagen de autoridad y confianza.

5. Cuando te quedes paralizado, estés en la etapa que estés, recuerda experiencias anteriores que te salieron bien. Puede ayudarte a superarlo.

6. Buscar ayuda profesional de un terapeuta o psicólogo.


Fuente: Fabiola Flores, psicóloga

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