Por Abigail Ruiz / Licenciada en Psicología y Coach Certificada
Separarse cuando una relación no va bien puede ser lo más saludable para ambos miembros de la pareja, especialmente si se han agotado los intentos razonables de mejorar la situación.
A continuación te explico las principales razones psicológicas que suelen respaldar esta decisión:
1. Salud mental y emocional
Una relación disfuncional puede generar altos niveles de estrés, ansiedad, depresión, baja autoestima y agotamiento emocional. Seguir en una relación que causa malestar continuo puede deteriorar la salud mental de ambos.
2. Modelos negativos para los hijos (si los hay)
Para los hijos es más perjudicial crecer en un hogar lleno de conflictos, gritos o indiferencia que en un hogar con padres separados pero emocionalmente estables. Ellos aprenden de lo que ven.

3. Autenticidad y crecimiento personal
Una relación que no funciona puede limitar el desarrollo individual. Separarse permite a cada persona reconectar con su identidad, sus valores y sus metas, sin el peso de una convivencia insatisfactoria.
4. Evitar la dependencia emocional
Muchas veces se permanece en relaciones por miedo a la soledad, la costumbre o la dependencia emocional. Desde la psicología, esto se considera una razón inadecuada para continuar en pareja. El amor sano no debe basarse en el miedo.
5. Restaurar el respeto mutuo
Cuando hay constantes faltas de respeto, desprecio o indiferencia, la relación puede volverse tóxica. Separarse puede ser un acto de respeto hacia uno mismo y hacia el otro, especialmente si la convivencia ya ha perdido todo sentido constructivo.
6. Dar espacio a relaciones más saludables
Cerrar un ciclo doloroso también abre la posibilidad a futuras relaciones más sanas y compatibles, basadas en el respeto, la comunicación y el afecto genuino.
Es el momento de decir adiós si…
- La relación es una fuente constante de sufrimiento.
- Ya se intentó resolver los conflictos con terapia, diálogo y compromiso sin resultados.
- Hay abuso emocional, físico o psicológico.
- Se ha perdido el amor, la admiración o el proyecto en común.

Consejos para superarla
Superar una separación o un divorcio es un proceso emocional profundo que implica duelo, reconstrucción personal y adaptación a una nueva realidad.
Desde la psicología, se considera un proceso natural pero difícil, y hay estrategias validadas que pueden ayudar a atravesarlo de forma saludable.
Aquí te resumo los principales enfoques y consejos:
- Permitir el duelo: Sentir dolor, tristeza o enojo es parte del proceso. No estás fallando por sentirte mal.
- Aceptar la realidad: Aceptar no es resignarse, es reconocer la verdad para poder construir desde ahí.
- Autocuidado: Es fundamental dormir bien, comer saludablemente, hacer ejercicio, y evitar excesos (alcohol, aislamiento, redes sociales compulsivas) ayuda a estabilizarse.
- Reorganizar tu vida: Tras una separación, muchas cosas cambian (rutinas, vivienda, finanzas, relaciones sociales). Es importante ir reestructurando la vida con pequeños pasos, para recuperar el control.
- Reconecta contigo: Redescubrir pasiones, hobbies, amistades o proyectos personales es una forma poderosa de volver a sentir propósito y motivación. Se trata de reconstruir la identidad más allá de la pareja.
Me despido con una frase de Esther Perel, terapeuta de parejas y autora de ‘The State of Affairs’: Algunas relaciones terminan, no porque las personas dejen de amarse, sino porque dejaron de crecer juntas. Hasta pronto.