19 abril, 2024

Soñador y con una ansia permanente de descubrir artistas que le llenen el alma: así se describe el escritor y promotor cultural Enrique Cortazar.

Egresado en Derecho, siempre tuvo el gusanito de la literatura: su verdadera pasión.

Un buen ejemplo

Cortazar encontró en su maestro de preparatoria Porfirio Miranda un buen ejemplo para iniciar su amor por la lectura.

“Estando en la preparatoria en el Colegio Regional de Jesuitas en Chihuahua nos tocó la buena suerte de tener un maestro extraordinario, nos motivó para que leyéramos”, comentó.

Entre los autores que empezó a leer se encontraban Dostoievski, Paul Claudel y una serie de narradores y filósofos destacados.

El otoño lo inspira

“Sinceramente me inspiro en lo menos esperado de la vida cotidiana”, confesó, y agregó que son épocas en las que le brota el deseo por escribir como el otoño.

“Es una estación muy socorrida por los poetas porque tiene algo de nostálgico; también es el fin y principio de una nueva etapa dentro de la naturaleza”, señaló.

En los atardeceres Cortazar también se inspira, “es en el momento en que uno puede hablar de cosas más trascendentes, más profundas; muchos de mis textos están influidos por este momento del día y esta estación del año”.

El mejor pago

Si de reconocimientos se trata, Cortazar platicó que un día le llegó una carta de una maestra de una secundaria en Nueva York.

“Me sorprendió y me halagó mucho porque decía que sus alumnos habían leído dos fragmentos de un poema mío llamado ‘Infancia’ y que les había gustado mucho y querían tener el texto completo”, recordó.

Para Cortazar este ha sido uno de sus mejores reconocimientos a su trabajo.

Su llegada a la frontera

En 1972 por una circunstancia ajena a su voluntad Cortazar llegó a Ciudad Juárez, egresado de la licenciatura en Derecho.

Le habían ofrecido un trabajo en el Seguro Social en Chihuahua, pero un cambio de delegado frenó su nombramiento para dirigir la Casa de la Asegurada.

Gracias a lo anterior se trasladó a Ciudad Juárez para trabajar en un despacho de unos amigos, cursó la maestría en Literatura y dejó las leyes.

Después hizo el doctorado en la misma especialidad, “me dediqué varios años a leer y escribir varios ensayos, fue una época muy bella de mi vida donde pude profundizar más el tema de la literatura”.

Promueve la cultura

Para Cortazar ser un promotor cultural en la frontera es un privilegio.

“Todo nació a raíz de uno de los encuentros que tuve en una conferencia con Carlos Pellicer en la ciudad de Chihuahua en 1972, para mí nació una gran inquietud de compartir este tipo de sabiduría con la mayor parte de gente en mi comunidad”, expresó.

Entre los personajes que ha traído a la frontera destacan Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, Elena Poniatowska y José Luis Cuevas.

Un soñador y una familia peculiar

Cortazar no duda en describirse como una especie de soñador y con una ansia permanente de conocer, descubrir poetas, escritores y pintores que le llenan el alma.

Además se ve como un privilegiado de forjar grandes amistades como la que tuvo con el pintor José Luis Cuevas, quien incluso le llegó a ilustrar cuatro libros.

De su familia compartió: “Somos un nido de loquitos que estamos tratando de mejorar un poco las circunstancias de este mundo con nuestro granito de arena”.

Su hijo es arquitecto y músico de electrónica; su hija mayor cantante de rock y la menor está involucrada en la moda.

De su esposa comentó: “Mi mujer es una apasionada, ha sido pintora, escultora…”.

Actualmente Cortazar escribe sus memorias, las cuales incluirán fotografías tomadas desde 1977 y anécdotas que ha compartido con personajes como Paz, Fuentes, Monsiváis, Cuevas, Pacheco y Poniatowska.

Otra de sus próximas publicaciones será un libro de poemas sobre la frontera Juárez-El Paso.

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