Por Marisol Rodríguez
El cuarto jueves de noviembre se celebra una de las cenas más tradicionales del año en honor al Día de Acción de Gracias, también conocido como Thanksgiving.
Esta se caracteriza por una mesa abundante con platillos que combinan sabores salados y dulces, resultando todo un festín para el paladar.
A continuación te contamos cuáles son los alimentos que no pueden faltar en esta celebración.
Plato principal
Pavo: Es el protagonista de este banquete, cuya tradición inició en Estados Unidos; el pavo es símbolo de abundancia y gratitud. Su versión clásica es asado al horno, sazonado con hierbas, mantequilla y ajo; también se prepara relleno, ahumado o glaseado con miel, maple o naranja.
Salsa de arándanos: Elaborada con arándanos frescos, azúcar y jugo de naranja, su toque agridulce crea el equilibrio perfecto con la intensidad del pavo y realza los sabores de este.
Gravy: Un básico para bañar el pavo o el puré de papa. Este se prepara con el jugo del pavo y harina.

Acompañamientos clásicos
Puré de papa: Suave y cremoso, con un toque de mantequilla y crema, nadie se le resiste.
Relleno: Su receta clásica se prepara dentro del pavo, pero también se vale hornearlo por separado para una textura más crujiente. Algunas versiones incluyen pan, hierbas aromáticas, apio, cebolla, frutos secos, manzana y carne, entre otros ingredientes.
Elote: Asado o hervido, este se prepara como un guiño a los alimentos nativos de América y a los primeros banquetes de agradecimiento. Su dulzura natural combina con los sabores intensos del pavo y el relleno.
Panecillos: Suaves, con mantequilla derretida o ajo, son ideales para acompañar esta exquisita cena.
Ensalada de manzana o col: Aportan frescura al plato y limpian el paladar de lo sabores profundos del pavo, relleno y las salsas. La primera se elabora con manzana, nuez, pasas y crema; mientras que, la segunda, lleva col finamente picada y un aderezo cremoso.

Postres típicos
Pay de calabaza: El broche de oro para la cena. Sus ingredientes: calabaza, canela, clavo y nuez moscada, encierran la esencia del otoño. Acompañado de crema batida, ofrece una experiencia más dulce.
Pay de nuez: Su relleno suave, denso y ligeramente caramelizado, contrasta perfecto con las nueces pecanas tostadas de su capa superior, deleitando en cada rebanada.
Pay de manzana: El aroma de la manzana horneada, la canela y mantequilla conquista paladares; si quieres disfrutarlo aún más, puedes agregar una bola de nieve de vainilla.

Para brindar
Vino blanco: Un Chardonnay o Sauvignon Blanc son las recomendaciones; el primero combina con el pavo al horno y salsas cremosas, y el segundo, va bien con guarniciones frutales o con hierbas.
Espumosos: La champagne es perfecta para iniciar o cerrar la cena; sus burbujas refrescan el paladar y combinan con los sabores salados y dulces del banquete.
Vino tinto ligero: El Pinot Noir o Merlot son suaves e ideales para un pavo con relleno o gravy de sabor intenso.