Gracias a su belleza y personalidad, durante la época de oro del cine mexicano María Félix se adueñó de las pantallas cinematográficas, convirtiéndose en la máxima leyenda artística nacional.
La tragedia
La mítica vida de la Doña, quien estaba acostumbrada a hacer las cosas siempre a su manera, comienza con su nacimiento en Álamos, Sonora, donde formó parte de una familia de 12 hermanos, núcleo que abandonaría luego del suicidio de su hermano Pablo, con quien mantenía una alarmante cercanía.
Por tal motivo este fue enviado al Colegio Militar de la Ciudad de México, pues su relación preocupaba a sus padres, rumoreándose una situación incestuosa entre ellos. María alimentaría esto al asegurar que ningún amor tiene el perfume del incesto.
Sus amores
Tras la depresión por la muerte de Pablo, María decidió dejar su hogar casada con un hombre que ella veía como su libertad. En 1931 contrajo matrimonio con Enrique Álvarez Alatorre, un vendedor de la firma de cosméticos Max Factor con quien procreó a su único hijo, de quien fue separada al divorciarse en 1934 debido a los malos tratos a los que fue sometida.
Pasaron 11 años y María conoció al célebre compositor Agustín Lara, a quien admiraba desde niña. Lara hizo de María su más grande musa, componiéndole a ella sus canciones más famosas, como “Humo en los ojos”, “Cuando vuelvas”, “Dos puñales” y la más conocida, “María Bonita”. Sin embargo, los celos de él y el intento de matarla pusieron fin a la relación en 1947.
Pero María no estaría sola para siempre, y en 1953 se reencontraría con Jorge Negrete, a quien había conocido en 1942 durante la filmación de “El peñón de las ánimas”, donde Negrete se oponía a su participación, pues pretendía que su novia Gloria Marín obtuviera el papel.
Tras un corto noviazgo contrajeron nupcias en una publicitada boda transmitida a nivel nacional. El matrimonio solo duró 11 meses al morir Negrete en un hospital en Los Ángeles, California.
Tres años después la Doña se casó con Alex Berger, un banquero francés a quien conocía desde hacía varios años y con el que intentara ser madre de nuevo, pero un accidente durante la filmación de “Flor de mayo” terminó con sus ilusiones. Berger y Félix permanecieron juntos durante 18 años hasta la muerte del francés a causa de cáncer pulmonar.
El último amor de María fue el pintor ruso-francés Antoine Tzapoff, de quien ella dijo: “No sé si es el hombre que más me ha querido, pero es el que me ha querido mejor”.
Enrique Álvarez Félix
En 1934 María se convirtió en madre de su único hijo Enrique Álvarez Félix, el cual fue llevado por su padre a Guadalajara, siendo recuperado por María hasta su matrimonio con Agustín Lara.
Entre ella y su hijo había una conexión muy especial, para ella era su mejor amigo, un ser a quien también le arrebató la muerte en 1996 a consecuencia de un paro cardiaco, lo que la sumió en una profunda tristeza que nunca mostró en público.
Películas
Durante su carrera filmó 47 películas, destacando “El peñón de las ánimas”, “Doña Bárbara”, “Enamorada”, “La diosa arrodillada”, “El rapto”, “French Cancan”, “Tizoc”, “La cucaracha”, “Los ambiciosos”, “Juana Gallo”, “La generala”, entre otras.
México, Italia, Francia y España fueron sus grandes plataformas cinematográficas, negándose a trabajar en Hollywood.
Telenovelas
La única telenovela que hizo fue “La Constitución” al lado de María Rubio y producida por su gran amigo Ernesto Alonso, aunque también participó como estrella invitada en “Cristina”, producida por Radio Caracas Televisión en los años 70.
Musa
Una mujer como María fue musa e inspiración de muchos artistas que plasmaron su belleza en pinturas, canciones y libros.
Destacan los pintores José Clemente Orozco, Diego Rivera, Leonor Fini, Leonora Carrington, Remedios Varo y Antoine Tzapoff; los escritores y dramaturgos Renato Leduc, Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Pita Amor, Jean Cocteau, Octavio Paz, Luis Spota y Carlos Fuentes, así como los músicos Agustín Lara, Cuco Sánchez, José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel.
Dolores del Río
Pese a lo que muchos han creído, entre María Félix y Dolores del Río no existió rivalidad alguna, pues según María eran amigas. “Siempre nos tratamos con mucho respeto, cada una con su personalidad. Éramos completamente distintas: ella refinada, interesante, suave en el trato, y yo en cambio enérgica, arrogante y mandona”.
“Dolores del Río era una gran señora. Dolores era, aparte, una mujer muy inteligente, una mujer de primera clase, una mujer divertida. Yo quise mucho a Dolores y guardo un gran recuerdo de ella”, aseguraba.
Frases
“Yo prefiero hablar bien de mí a hablar mal de los demás”
“Me parece un poco difícil hablar de mí; hablar de mí es muy severo porque soy mucho mejor de lo que parezco”
“No es difícil ser bonita, ¡lo difícil es saber serlo!”
“Más vale llegar tarde que llegar fea”
“Si la que te critica es fea, entonces no cuenta”