Por Marisol Rodríguez
Esponjoso como las nubes, dulce y llamativo a la vista por sus colores, el algodón de azúcar es una de las golosinas favoritas de chicos y grandes.
Su primer antecedente se remonta a la Italia del siglo XV cuando los cocineros calentaban azúcar hasta obtener un caramelo líquido, con el que posteriormente formaban unos hilos, apoyados por un utensilio que se empleaba para decorar repostería.
Su invención también se atribuye a los fabricantes de dulce originarios de Nashville, William J. Morrison y John C. Wharton, quienes crearon en 1897 una máquina compuesta por una cuenca giratoria y agujeros minúsculos que transformaba el azúcar en un hilo con el aspecto y textura del algodón; la presentaron un año después en la Exposición Universal de París.
Los amigos bautizaron su creación como The Fairy Floss -Seda de hadas- y en 1904 vendieron más de 68 mil piezas en la St. Louis Worlds Fair.
Otro candidato que se atribuye su origen fue Thomas Patton, quien recibió una patente para utilizar un sistema que consistía en una placa que giraba sobre un horno de gas y hacía que el azúcar se convirtiera en hilos de algodón a través de una horquilla; dicho invento fue presentado en 1900 en el Ringling Bros Circus.
En la actualidad, el algodón de azúcar es un básico de las ferias y circos, y en nuestro país es común encontrar a vendedores de esta golosina en las calles.
Curiosidades
- Se le conoce con diferentes nombres alrededor del mundo: algodón de azúcar en México, cotton candy en países anglosajones y barbe à papa en Francia.
- En los años 70 existía un personaje de dibujos animados en forma de nube rosa llamado Barbapapá y debido a su similitud, se le empezó a llamar así a esta golosina en muchos lugares.
- Rosa, morado y azul son sus colores más característicos.
- Su sabor ha inspirado a grandes marcas para lanzar ediciones especiales como las galletas de Oreo y el cereal de Captain Crunch.
- En Mercado Libre puedes encontrar una máquina eléctrica para elaborarlo; su costo es de 660 pesos.