En Hollywood, lo que no condena la justicia, se sanciona con el rechazo público. Ante acusaciones de abuso sexual se han levantado boicot contra figuras como Harvey Weinstein, Woody Allen y Kevin Spacey. Las grandes compañías ya no quieren financiar sus proyectos, las producciones no quieren involucrarlos en sus equipos de trabajo y los actores prefieren no ser asociados a sus nombres. De esta manera, se les está haciendo muy difícil continuar con sus carreras cinematográficas.
James Franco lo vive en carne propia. Justo cuando su película “The Disaster Artist” prometía con catapultarlo a la consagración artística, un informe publicado por Los Angeles Times puso sobre sus hombros la acusación de cinco mujeres que decían haber sido abusadas sexualmente por el actor y director. Cuatro de ellas habían sido alumnas de actuación de Franco.
El éxito que había logrado en los Globo de Oro se diluyó rápidamente y pasó sin pena ni gloria por los demás galardones de la temporada de premios. Además hoy se conocen nuevos antecedentes, puesto que la revista Vanity Fair también habría decidido quitar su fotografía de la portada más prestigiosa que publican al año.
Se trata de la edición especial de Hollywood, donde cada año se reúnen en una sola portada algunas de las figuras más preponderantes del mundo del espectáculo. Oprah, Gal Gadot y Robert de Niro fueron algunos de los convocados esta vez. Si bien la publicación había considerado integrar a Franco e incluso este ya habría sido fotografiado, a la hora de lanzar la revista lo borraron digitalmente.
“Tomamos la decisión de no incluir a James Franco en la portada de Hollywood una vez que nos enteramos de las acusaciones de mala conducta en su contra”, dijo un vocero de Vanity Fair a The Hollywood Reporter.