21 noviembre, 2024

Por Marisol Rodríguez

Si tus pies están hinchados, fríos o sientes una sensación de hormigueo, podrías tener una mala circulación.
Este padecimiento es muy común y su principal causante es el endurecimiento y la obstrucción de los vasos sanguíneos, por la acumulación de grasas y minerales.
Entre los principales factores que provocan su formación o que se agrave, se encuentran la obesidad, la diabetes y el sedentarismo.
Así como una dieta inadecuada o con grandes cantidades de grasa saturada, el tabaquismo, la cafeína, algunas medicinas que estrechan los vasos sanguíneos, el frío y estrés.
La Asociación Americana de Medicina Podológica señala los siguientes síntomas para detectarla a tiempo:
• Calambres en pies y piernas
• Heridas con cicatrización lenta
• Color inusual en los pies
• Diferente temperatura en cada extremidad
• Hinchazón que inicia desde las piernas
• Arañas vasculares
• Pesadez
• Piel seca, dura y acartonada

Si has notado alguno de ellos, es importante que programes una visita al doctor y que tomes en cuenta los siguientes consejos:

  1. Ejercítate regularmente
    Si practicas un deporte ayudarás a que la circulación se mantenga en un estado óptimo.
  2. Di no al sedentarismo
    ¿Tu trabajo requiere que estés sentada todo el tiempo? Si es así, no olvides alternar periodos entre sentado y parado para que no se estanque la sangre.
  3. Siempre lleva ropa
    y calzado cómodos
    Dile adiós a las prendas ajustadas como medias o calcetas y a todo tipo de calzado que te apriete, con ello permitirás un buen riego sanguíneo en tus pies.
  4. Aliméntate sano
    El ajo, las infusiones con limón y los frutos secos, entre otros, favorecen a la buena circulación, al igual que evitar las grasas saturadas.
  5. Hidrátate
    Aunque debería resultar normal beber entre 1.5 y 2 litros de agua al día, este punto debe ser obligatorio para quienes sufren problemas de circulación.
  6. Masajea tus pies
    Después de tu jornada diaria, date un tiempo para tomar una ducha con agua fría en las piernas; masajea desde el pie hasta la rodilla de manera ascendente para activar el riego sanguíneo y aliviar la sensación de hinchazón y pesadez.

¡Cuídate!
Si no prestas atención a la mala circulación, esto puede desencadenar la presencia de úlceras y llagas en los pies, dificultad para desplazarte y calambres intensos.

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