Por Marisol Rodríguez / Foto: Internet
La depresión es una enfermedad mental que no es exclusiva de las personas, los perros también la pueden experimentar. El enojo, la tristeza, asco o desagrado, miedo y alegría son emociones básicas que sienten al igual que los seres humanos.
Un perro puede deprimirse por múltiples razones, entre ellas, los cambios drásticos en su rutina o entorno, si recibe maltratos o castigos, la pérdida de un miembro cercano a su grupo social, dolor o enfermedad.
Así mismo, por situaciones que le causan alto estrés como permanecer atados o encerrados por mucho tiempo, reprimir su expresión de conductas propias y vivir en entornos que son demasiado ruidosos, fríos o con exceso de calor.

La escuela de educación canina Filosofía Animal señala que los síntomas para identificar si tu perro está deprimido son:
- Apatía y falta de interés en actividades que antes le generaban motivación.
- Falta de apetito y sed.
- Irritabilidad y episodios agresivos.
- Muestra inseguridad y miedo.
- Duerme más de lo normal.
¿Qué hacer?
- Acude al veterinario para que le realicen un chequeo médico y descartes alguna posible patología.
- Evita cualquier tipo de castigo o situación estresante.
- Hazlo parte de tu grupo social: permítele dormir cerca de ti, pasar tiempo juntos al jugar o pasear.
- Dale actividades que bajen sus niveles de estrés como masticar y desgarrar, lamer u olfatear.
- Consulta con un especialista en conducta que te ayude con un tratamiento y acompañamiento del caso.