25 abril, 2024

Esta es la frase que me define y como verán es muy certera en estos tiempos. Y es que para muchos este ha sido el año más complicado que hemos vivido. El coronavirus ha venido a revolucionar la manera en que vemos el mundo y la manera en que vivimos en muchos aspectos. Y como nutrióloga, es mi deber hablar de la manera en que la nutrición afecta nuestro entorno. 

Desde hace un mes, cada día llegan al consultorio más pacientes que se han descuidado y han aumentado de peso, y eso que las políticas públicas van más enfocadas a tener una buena salud. 

Pero es fácil criticar y es difícil hacer, yo me hice nutrióloga para contribuir con mi granito de arena. Me gusta ayudar a la gente y enseñarles lo fácil que es comer bien y saludable. Llevar una buena alimentación no significa comer pasto sino comer BIEN. 

Podemos incluir en nuestra dieta normal toda esta comida que tanto nos gusta y ser congruentes con lo que nos exige el futuro. ¿A quién no le gustan los antojitos mexicanos y siente culpa cada vez que los come?, pues olvidémonos de las culpas podemos comer una sopa de tortilla, unas enchiladas, unos sopes, etcétera; preparándolos de una manera adecuada y controlando las cantidades que nos comemos y eso es lo que enseñamos los nutriólogos, a comer rico y bien dependiendo de las necesidades de cada quién.

Y entre las labores de los nutriólogos, y el personal de salud, una de las más bonitas es la educación, y aquí es cuando quiero introducir el otro gran tema que he decidido poner a colación: el nuevo etiquetado. La educación es la base de cualquier sociedad, si nosotros aprendemos y a su vez transmitimos ese conocimiento haremos un mundo mejor.

Dra. Fabiola Cárcamo/Centro Médico de Especialidades/Consultorio 112/Tel. y WhatsApp (656)224-9700/Facebook e Instagram: Nutrinotas

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