25 abril, 2024

Elige el mejor pavo. Te damos una serie de consejos para que lo disfrutes en esta temporada

Por: Saúl Barrera / Fotos: Internet

El pavo es uno de los platillos típicos que se sirven en la cena de Acción de Gracias y, por su puesto, en la cena de Navidad. Aunque su preparación depende de la receta de cada familia, al elegir el pavo es importante seguir una serie de consejos para lograr un exquisito sabor una vez cocinado.

El pavo, llamado gallina de las Indias por los conquistadores españoles, es originario de México, de la época de los aztecas, donde se le llamaba guajolote. Llegó a Europa procedente de este país en el primer tercio del siglo XVI a través de los jesuitas. En aquella época se convirtió en símbolo de la exquisitez de la gastronomía que se reservaba a la monarquía y la alta sociedad y, un tiempo después, en protagonista de las comidas y cenas navideñas.

Los ingleses lo llamaron turkey, porque lo descubrieron en Turquía, y lo convirtieron en el plato clásico de la Navidad. Un jueves de noviembre de 1620, el pavo sirvió de sustento a los colonos del Mayflower a su llegada al actual estado de Massachusetts, en EU. Desde entonces, el pavo es protagonista gastronómico de una de las fiestas más tradicionales del país: el Día de Acción de Gracias, que se celebra cada año el último jueves de noviembre.

Congelado o fresco

Lo primero que tienes que aprender es a diferenciar un producto fresco de uno congelado. “Un pavo etiquetado como fresco no se ha enfriado por debajo de los 26 ° F. Los congelados, en cambio, han sido enfriados por debajo de los 0 ° C”, señala un artículo del sitio especializado en gastronomía “Fine Cookings”, y asegura que “la mayoría de los productores de pavo concuerdan en que la congelación afecta negativamente a la textura y al sabor de la carne”.

Cantidad

No olvides calcular medio kilo de pavo por persona (en caso de que sea fresco o congelado).

Ahumado o crudo

El pavo ahumado está totalmente cocinado, de modo que su preparación suele ser más rápida que si se tratara de uno crudo. Cuando el pavo está ahumado, le han sido añadidos algunos sabores. Su tiempo de preparación puede ser entre 30 y 45 minutos, ya que solo debe calentarse en el horno.

Cuidado

Evita comprar pavos prerrellenos frescos. Si no se manejan adecuadamente, las bacterias dañinas que pueden estar en el relleno se multiplicarán muy rápidamente.

Las etiquetas

Lee bien las etiquetas, ya que ahí se hará la diferencia de marcas y tipos, como kosher (productos que consumen los judíos) o premium, es decir, orgánicos, etc.

4 tips para cocinarlo

Bien salado

Para que no salga sin sabor el secreto está en la sal. Tres días antes agrégale sal por todo el pavo, por dentro y por fuera y hasta por debajo de su piel, cúbrelo y mételo al refrigerador. Justamente un día antes de la cena tira el jugo que ha soltado y regrésalo al refrigerado; esta vez no lo tapes, para que se haga crujiente.

¡Sin carne seca!

Sácalo del refrigerador a tiempo, puede ser una noche previa a la cena, o bien la mañana de la festividad. Esto ayudará sin duda a una cocción uniforme sin partes de carne duras y secas.

Engrásalo

Una vez a temperatura ambiente podrás engrasar el pavo; tu mejor aliada será la mantequilla, ya que traerá como resultado una carne jugosa y una piel verdaderamente crujiente.

Caliéntalo y cocínalo hasta el cansancio

Horno o grill, el punto es que esté muy caliente. El tiempo depende por supuesto de la lógica, seguir a veces instrucciones de temperatura y tiempo puede llevarnos a una mala cocción: la solución simplemente es cocinar hasta que esté listo. Mueve alguna pieza del pavo y si está suave, tierna, que todo mundo la pueda masticar, entonces está listo. Por último déjalo reposar al menos una media hora envuelto en papel aluminio: esto permitirá la liberación de sus jugos y un sabor inigualable.

¡Provecho!

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