Un estado que se puede alcanzar a cualquier edad, siempre y cuando se le dé el lugar que le corresponde a cada etapa de la vida.

“Hay que agradecer el pasado, disfrutar y vivir el presente y tener fe y esperanza en el futuro”, aconseja la psicoterapeuta Dianet Núñez.

Y es que, vivir enganchada en lo que le pasó o en lo que no sucedió, no te permitirá superar etapas y será difícil que alcances dicha madurez.

Aprende a madurar

Un aspecto fundamental para lograrlo es ser asertivas, saber decir si o no sin tener pendiente, miedo o culpa al expresar lo que realmente se siente.

También es importante fluir ante la vida, reconocer lo que te ha servido, lo que te hace falta y tener la intención de buscarlo si tu quieres.

“Las personas que son maduras emocionalmente han reconocido y valorado lo que ha sucedido en su vida, han aprendido del dolor y disfrutado de las alegrías”, señala.

Y agrega que es clave liberarse de pensamientos y relaciones conflictivas con los padres, los hijos, la pareja y hasta con los amigos.

“No vamos a tener un parámetro para medir si soy madura emocionalmente o no, la vida nos lo va a ir enseñar, un indicador es no cargar tanto dolor y sí proyectos”, finaliza.

¿Lo eres?

Características de una persona emocionalmente madura

• Expresan fácil y realmente lo que sienten, son asertivas

• Se distinguen por su empatía, entienden cómo se puede sentir el otro pero sin dejar de pensar en ellas mismas

• Piden y dan ayuda sin demandar algo a cambio

• Son humildes, saben dar las gracias y reconocer las etapas de vida en las que se encuentran

• Reconocen los sentimientos, tanto si están tristes como alegres

• Escuchan críticas sin tomarlas personales y saben dar retroalimentación sin ser dolosos

• Utilizan el perdón como herramienta de liberación, desenganchándose del pasado

• Buscan lo que necesitan y están en constante crecimiento

• Pueden estar solas pero también acompañadas cuando es necesario

• Hacen proyectos a futuro

“Las personas que son maduras emocionalmente han reconocido y valorado lo que ha sucedido en su vida, han aprendido del dolor y disfrutado de las alegrías”

Fuente: Psicoterapeuta Dianet Núñez

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