Por Marisol Rodríguez /Fotos: Internet

Uno de los platos insignia de la gastronomía suiza es la fondue de queso, el cual se ha popularizado a nivel mundial.
Este consiste en sumergir pequeñas piezas de alimentos como trozos de pan, carnes y vegetales en una espesa y untuosa mezcla de queso derretido, preparado en un caquelon, una cazuela de hierro fundido, barro cocido o porcelana.
La fondue de queso es ideal para compartir en días de celebraciones con la familia o los amigos.

Pastores y montañeros, sus creadores

Las regiones de Jura y los Alpes en Suiza fueron testigos de su origen, cuando los pastores y montañeros comenzaron a calentar trozos de queso viejo para derretirlos y obtener una comida caliente con el objetivo de que sus cuerpos resistieran las inclemencias del clima.
En 1974 el chef Brillat-Savarin recreó la receta con el queso gruyere como ingrediente principal; esta se hizo muy famosa por toda Francia e Italia y quedó registrada en su libro, publicado en 1825.
La receta de fondue de queso más antigua se encuentra en el libro ‘Kass mit Wein zu kochen’, escrito en 1966 en Zurich, Suiza; en ella se detallan todos los ingredientes para su preparación, entre ellos el queso rallado o cortado, vino blanco y pan para acompañar.
La celebración de este plato suizo nació en Estados Unidos y en los últimos años se ha adoptado en diversos países.

El dato
Al ser un plato salado se recomienda maridarlo con un buen vino blanco.