Por Marisol Rodríguez / Foto: Internet
Junto a un buen estado de salud, la felicidad es clave para el bienestar de un gato. Si tienes un minino o más en casa, es importante que cuides que sus necesidades básicas estén cubiertas: una buena alimentación e hidratación, higiene y revisiones periódicas en el veterinario.
Para un gato también es esencial tener tiempo para él, así que debe contar con un espacio tranquilo que incluya su arenero, comedero y bebedero, y zonas donde pueda trepar y descansar sin que nadie lo moleste.
Por otro lado, les encanta recibir ciertos estímulos y desafíos, los cuales le ayudan a mantener su equilibrio emocional y a ser un gato feliz; expertos recomiendan que dediques un día a jugar con él y que le proporciones juguetes, rascadores y zonas para trepar.

Tu gato es feliz si…
- Mantiene sus hábitos diarios: asearse, jugar, dormir, comer, beber.
- Ronronea, especialmente cuando lo acaricias.
- Corre por la casa o el jardín sin motivo alguno, con esto demuestra su alegría y vitalidad.
- Mantiene la cabeza hacia arriba y la cola erguida con la punta un poco doblada, su lenguaje corporal dice mucho
- Cuando te acercas se estira con la panza hacia arriba y con las patitas al aire.
- Se comunica contigo con maullidos largos y agudos.
- Sus ojos dicen mucho de su estado de ánimo. Si los entrecierra al mirarte es porque te aprecia y si sus pupilas se dilatan es porque está muy contento.
- Tiene muchas ganas de jugar y se mantiene concentrado en el juego.
- Te da mimos y se frota contra ti.
- Por último, qué mejor señal de felicidad que su buen apetito.