Por Marisol Rodríguez /Fotos: Internet

Si cada vez que tienes una emoción negativa terminas saliendo de la cocina con todo el bote del helado, lo tuyo no es hambre real sino emocional.

La alimentación emocional o Emotional Eating es descrita como la práctica de comer para sentirnos mejor sin ningún fin nutritivo.

“Los llamados comedores emocionales sienten satisfacción emocional al ingerir alimentos casi siempre después de una situación emocionalmente difícil”, explica la psicóloga Érika Grajeda Manríquez.

Estas personas se caracterizan por comer en exceso en respuesta a lo negativo, ya que han aprendido que los alivia de los estados de ánimo y situaciones complicadas.

“Los hallazgos sugieren que la alimentación emocional está relacionada con la dependencia del afrontamiento orientado a las emociones y la evitación de la distracción en mujeres con trastornos alimentarios, así como en las relativamente sanas”, comenta la especialista.

¿Por qué?

El ser humano tiene diferentes formas de resolver sus problemas, cada uno ha desarrollado estrategias para afrontar las demandas de su medio, por ejemplo, las sociales, de pareja o laborales y existen tres que a continuación nos describe la psicóloga:

Afrontamiento orientado a la tarea: esta es la estrategia más sana para resolver un problema de la vida cotidiana, tiene que ver con abordar el problema que causa la angustia, crear un plan de acción y concentrarse en el siguiente paso a seguir para intentar llegar a la solución de la situación.

Evitación: se refiere a evitar el estrés distrayéndose con una tarea sustitutiva o buscando la diversión social, como la compañía de otras personas, este es uno de los estilos de afrontamiento más usados, aunque el menos productivo, ya que tarde que temprano deberemos enfrentar las situaciones problemáticas que se nos presenten.

Orientado a la emoción: es una forma de regular las emociones y tiene como objetivo particular mejorar las emociones negativas asociadas con el problema. Esta forma de afrontamiento incluye respuestas emocionales, preocupación por uno mismo y fantasear.

La experta señala que estudios recientes han demostrado que los comedores emocionales tienden a tratar de resolver sus problemas con estrategias de afrontamiento orientado a las emociones, las cuales anteponen a situaciones estresantes.

Las emociones negativas provocan la sobrealimentación en las personas obesas, en mujeres con trastornos alimentarios y en quienes hacen dieta con peso normal, ya que al encontrarse en una situación estresante y al no saber regular sus emociones, recurren a la comida.

“La comida funciona como disparador de ciertos químicos cerebrales que les hacen sentir la misma sensación de placer que sentimos cuando realizamos con éxito el enfrentamiento del problema, comen por que les hace sentir que lo resolvieron”, comenta.

¡Alerta!

Esta practica es la entrada a trastornos alimentarios muy peligrosos como la anorexia, bulimia y obesidad.

Si sientes que has caído en ella, recuerda que existen formas más saludables para manejar tus emociones como reafirmar tus virtudes, distraer tu atención con pensamientos neutrales, meditar, llevar un diario o tomar un respiro.

Aplícalas y aprende a consumir tus alimentos conscientemente en vez de mecánicamente y ponle fin a la practica de comer emocionalmente.

Fuente: Psicóloga Érika Grajeda Manríquez /Tel. (656)437-9064