Por Marisol Rodríguez / Fotos: Freepik
De ser un platillo exclusivo que era servido en un restaurante neoyorquino del siglo XIX hasta una experiencia culinaria gourmet bañada en oro de 24 quilates, la hamburguesa ha sabido adaptarse, reinventarse y conquistar al mundo.
Platicamos con Karla Torres Ortiz, máster en Comunicación y Periodismo Gastronómico, quien nos comparte su mirada sobre la historia, evolución y futuro de este ícono gastronómico.
Origen europeo y migración al mundo
La historia de la hamburguesa comienza en el siglo XVII, en Hamburgo, Alemania con un sándwich llamado Rundstück Warm, descrito como un pedazo redondo caliente, el cual combinaba el pan horneado con cerdo y salsa gravy.
“Se dice que llega a Estados Unidos gracias a un inmigrante alemán, quien sirvió por primera vez una hamburguesa, esto por la exigencia de un cliente… se menciona que eso ocurrió un 28 de mayo de 1900, es la razón de su celebración en esta fecha”, narra Torres.
Dicha tradición se fue transformando hasta convertirse en el Hamburg Steak, una preparación a base de carne molida y de ahí se creó la hamburguesa actual.

De manjar costoso a un símbolo de la comida rápida
Hoy en día, la hamburguesa se asocia principalmente con las cadenas de comida rápida, pero esta inició como un platillo exclusivo.
Según el historiador James Trager, en el libro The Food Chronology, en 1936 apareció por primera vez en un menú, en el del restaurante Delmonico’s de Nueva York como una propuesta costosa.
La evolución fue constante y en la feria de St. Louis, donde se presentaba lo último en la comida exótica, la carne de la hamburguesa se vendía carne frita.
Después, “en el siglo XX fueron muy populares las cadenas de comida rápida como White Castle y posteriormente McDonald’s, marcas que convierten a la hamburguesa a un producto de precios asequibles”, explica Torres.
Más que comida rápida
Para la experta, decir que la hamburguesa es solo comida rápida es quedarse con una versión incompleta, ya que “cada platillo tiene una historia, y la hamburguesa no es la excepción. Incluso sus ingredientes individuales tienen su propio origen, evolución y valor gastronómico”.
En la actualidad, existen hamburguesas de todo tipo: la clásica de carne molida, pollo, atún, vegetarianas, veganas e incluso versiones de alta cocina.
En Colombia, por ejemplo, Torres menciona que el restaurante Toro McCoy ofrece una hamburguesa bañada en oro comestible de 24 quilates por 57 dólares, una muestra de cómo este platillo ha conquistado también las cocinas más sofisticadas.
Versatilidad, marketing y experiencia sensorial
Si te preguntas qué fue lo que convirtió a la hamburguesa en un fenómeno global, Torres lo resume en tres factores claves: la globalización, el marketing y la versatilidad del platillo.
“Hoy no solo se vende una hamburguesa, se vende por completo una experiencia, la elaboración de un mundo “hamburguesalandia”, marcas que se encargaron de hacer un ambiente, de contar con uniformes, menús dinámicos para adultos y niños, juegos en sus establecimientos, personajes animados”, expresa.
Además, la facilidad para replicarla en cualquier parte del mundo contribuyó a su expansión.

Nuevas tendencias para consumirla
Las smash burgers, veganas o versiones exageradas que requieren hasta guantes para comerse, son algunas de las nuevas tendencias para consumirla.
Torres destaca la importancia de innovar, pero sin perder el foco del sabor y la experiencia.
En el ámbito gourmet, menciona que muchas veces el público no tiene suficiente información para valorar una hamburguesa de alta cocina, ya que no se trata solo de un precio elevado, “se deben cumplir estándares en temas de sustentabilidad, ingredientes de alta calidad y locales, sabor, aromas, texturas, así como técnicas culinarias innovadoras”.
Su futuro
Para Torres, la hamburguesa aún tiene un largo camino por recorrer, “hay un gran número de chefs que se han dado a la tarea de poner toda su creatividad para modificar y deconstruir platillos populares, como la hamburguesa, para continuar con los mismos sabores pero en presentaciones más elegantes o creativas”.
Y si alguien sigue creyendo que esta es solo comida rápida, la experta invita a probar versiones distintas, en restaurantes que ofrezcan propuestas pensadas más allá del volumen y la rapidez.
“Actualmente se está experimentando la nueva tendencia de slow food, lo cual puede venir a sustituir la comida rápida, lo cual considero que es buena idea, ya que nos haría frenar esta dinámica de vida tan acelerada que se está viviendo tanto en el sector gastronómico como en general”, concluye.