Por Marisol Rodríguez / Foto: Internet
Sofisticación y versatilidad son dos características que definen al Manhattan, una de las bebidas más populares en las cartas de coctelería del mundo.
Sinónimo de buen gusto, clase y distinción, es una excelente opción para tomar mientras se espera la comida o cena.
De origen neoyorquino
Su origen se da en el Club Manhattan de Nueva York, en el año de 1874, en una fiesta en honor del nuevo gobernador del Estado, Samuel Tilden.
Lady Randolph, anfitriona de la celebración, fue quien dio instrucciones al barman de preparar un cóctel especial para esta ocasión y fue bautizado con el nombre del club.
Hoy en día el Manhattan se puede preparar de diversas formas, todo dependerá si se desea un resultado seco o más dulce.
Variedades
- Dry Manhattan: es un trago seco y se elabora con vermú seco.
- Medium Manhattan: se prepara con partes iguales de vermú rojo y seco.
- Harvard Manhattan: el whisky se cambia por el brandy, otro licor clásico.
- Latin Manhattan: lleva partes iguales de ron blanco, vermú dulce y seco; se agrega como toque final un chorrito de jugo de cereza.
¿Cómo prepararlo?
En un vaso de mezcla lleno de hielo coloca 50 mililitros de whiskey de centeno o canadiense, 20 de vermú rojo y un chorrito de angostura; revuelve bien y sirve en una copa de martini fría.