Los niños son individuos con un carácter, personalidad y temperamento diferente, por lo que no existe un manual para criar al hijo perfecto.

La psicóloga Érika Grajeda Manríquez comenta que en parte de esas pequeñas cosas que pueden no gustarte o molestarte de ellos se encuentra lo que los hace únicos.

“La premisa anterior es la bandera de los psicólogos enfocados a la terapia infantil y también es uno de los temas que causan más confusión y debate en los padres, ya que se preguntan si hay necesidad de corregirlos o deben dejarlos ser si sus hijos son perfectos siendo únicos”, señala.

¿Dejarlos ser o no?

Hasta cierto punto la recomendación es que los niños sean simplemente niños sin agobiarlos constantemente con disciplina ultra estructurada.

Pero sin olvidar que están en una etapa de aprendizaje y cada información que adquieran en la infancia será su guía en las etapas posteriores del desarrollo.

La especialista sugiere observar a los niños para conocerlos mejor, saber qué les gusta y qué no, cómo actúan frente a situaciones complicadas y qué les hace felices.

“Teniendo esas bases como padres vamos a poder ser capaces de identificar el comportamiento que excede los límites aceptables y cómo actuar frente a ellos”, agrega.

¿Qué comportamientos exceden los límites aceptables?

La respuesta es sencilla: todos aquellos que los ponen en riesgo y a los que están a su alrededor, entre ellos, los violentos como peleas, berrinches, juegos riesgosos o rudos y que no atiendan instrucciones en momentos decisivos.

Cuando un comportamiento así causa un sobresalto de emociones que no pueden manejar, la psicóloga expresa que se consideran conductas problemáticas y a largo plazo pueden traer consecuencias graves para los padres y los propios niños.

“Estas conductas pueden ser orientadas o canalizadas de forma positiva por medio de diferentes técnicas psicoterapéuticas”, añade.

¿Cuáles son las causas de estas conductas problemáticas?

El cerebro se desarrolla poco a poco y con él las capacidades físicas, motoras, intelectuales y lingüísticas pero a su edad no están al 100 por ciento, por lo que pueden sentir rabia, miedo o frustración al momento en que realiza algo en lo que apenas va incursionando.

Es entonces cuando se presentan las rabietas, mismas que inundan su cerebro de sustancias y hormonas estresantes como el cortisol, la adrenalina y noradrenalina.

“Estas hormonas llamadas ‘del estrés’, hacen que sus sentidos queden fisiológicamente bloqueados, es decir, que cuando están teniendo una rabieta muy fuerte, pierden la capacidad de escuchar y razonar lo que los adultos le están diciendo o indicando en ese momento”, señala.

Las rabietas se manifiestan a través de:

• • Llanto excesivo
• • Gritos
• • Patadas
• • Golpes
• • Tirarse al piso
• • Romper cosas
• • Contorsiones corporales
• • Pegarse a sí mismo
• • No obedecer y desafiar
• • Brazos cruzados, ceño fruncido y dientes apretados

Otros factores menos influyentes que producen berrinches de manera secundaria:

• • Situaciones que alteren su entorno (muertes, mudanzas, llegada de un hermanito, etc.).
• • Estrés parental.
• • Incapacidad para realizar ciertas cosas, ya sea por inmadurez emocional o física.
• • Sentimiento de soledad o necesidad de reconocimiento y atención.
• • Falta de estructura y límites (demasiada flexibilidad o por el contrario, mucha rigidez).

¿Qué hacer cuando mi hijo excede los limites?

1. Ten autocontrol

La psicóloga explica que los niños aprenden a comportarse a largo plazo, viendo el ejemplo de sus padres, “si éstos no son capaces de controlar sus emociones en situaciones complicadas, no le podemos pedir a los niños que ellos sí lo hagan”.

2. Observa antes de actuar

Mira lo que está pasando alrededor de tu hijo y revisa si puedes ofrecerle una solución o alternativa, “habrá veces que debas decir un NO rotundo porque la situación así lo requiere”, señala.

3. Distrae u ofrece una alternativa

Activa el sistema de búsqueda del cerebro de tu niño con preguntas o pídele ayuda en alguna actividad que realices.

• Fuente: Psicóloga Érika Grajeda Manríquez
• Tel. (656)322-1759